Di
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EXERCICIOS
mbre.
En
este tiempo fue quando
d
Salvador quiso elei.
j
gi r entre los que le seguían con mas continuacion,
y
le eran mas adiélos, doce discípulos,
á
los que lla–
mó Apóstoles. Tomás fue de este número ; su zelo,
su fervor, su amor
y
su fidelidad
á
su amado Maes–
tro, hicieron bien pronto ver la sabiduría
y
el mé–
rito que habian concurrido
á
esta eleccion. Este dig–
no Apóstol no sé separó desde entonces de su ama–
do Maestro; el lugar que ocupaba en el corazon del
Salvador , se conoce por la respetosa
y
religiosa
fa–
miliaridad que tenia con
él.
Era compañero insepa–
rable de sus correrías apostólicas,
y
testigo de to–
dos sus milagros. Despues que el Salvador hubo te–
nido cerca de sí algun tiempo
á
sus Apóstoles, pa–
ra instruirlos
y
formarlos, juzgó que era tiemp·o
de
emplearlos en las funciones-de la vida Apostólica,
y
de enviarlos
á
diversos parages
á
predicar
al
pueblo
lo que les había ensenado
á
ellos en particular.
N
ues–
tro Santo se distinguió por su fervor
y
por su zelo
entre aquellos excelentes Operarios , y
fue
dotad()
desde entonces de aquel don que le fue despues
tan ordinario ,
de
arrojar los demonios ,
y
hacer
toda suerte de milagros.
.
Estando el Salvador en Galil :a , recibió por un
expreso la not.iéÍa dela enfermed, id de su amado dis..
cípulo Lázaro , hermano de Marta
y
de María ;
ha–
biendo dicho
á
sus Apóstoles algunos días despues,
que
este grande amigo era muerto, que
iba
á
Beta–
nia
á
resucitarle; los Apóstoles todavía tímidos, pa–
recieron aterrarse
al
oir esta resolucion del Salvador,
y
no pudiendo dexar de representarle
el
riesgo
á
que
se
ex:ponia ,
sabiendo que no habia
mucho tiem-
po