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había cometido; y su honor y el de su Padre pedían que
su inocenra estuviera esenta de toda sospecha de culpa.
Entretanto, juntóse el Gran Consejo en casa de
Cayfás , a donde llevaron al Salvador como a un reo,
para ser juzgado. Su muerte había sido decretada
unánimemente por todos los que lo componían , aun
antes de oírlo; pero por guardar alguna apariencia de
formalidad, hicieron venir algunos falsos testigos,
que h~bían sobornado, todos gente de la hezdelPue–
blo; ros quales depusieron que le habían oído decir'
que aunque se de$truyera el Templo de Dios, él lo
reedificad.a en tres días: Jesus lo babia dicho en efec–
to, hablando del Templo de su Cuerpo , que babia
de ser como destruido por la muerte, y como reedifi-· ·
cado tres días despues, por su gloriosa resurreccion
pero fuera de que los testigos sobornados no se conve–
nian en lo que decían , todo quanto se deponía contra
él no era suficiente para hacerlo reo. Viendo el Sumo _
Sacerdote que Jesus no decía palabra , se levanta , y
le dice: Te conjuro de parte de Dios vivo, que nos
digas si tú eres Christo Hijo de Dios bendito. Respon–
dióle Jesus : Tú lo has dicho que lo soy ; y además os
digo que de aquí apoco vereis al Hijo del hombre:(a) (este
era el nombre que por lo comun tomaba el Salvador,
quando solo queria hablar de su humanidad.) que de
aqui apoco v ereis al Hijo del hombre sentad'O á la dies–
tra de la virtud de Dios , venir sobre las nubes del
esta respuesta por el Pontífice, rasgó sus
vestiduras , (era esto mostrar que acababa de o!r uña
blasfemia) y exclamó; Ha blasfemado ; ¿,para qué
deseamos mas testigos? ¿,No habeis o1do vosotros mis-
mos
(a) Math. 23.