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VIDA DE CHRISTO
calentarse los que guardaban al Salvador. Habiendose
acercado...
~edro
a
la lumbre, fue acusado por una cr ia–
da de
qu~
era uno de los Discípulos de Jesus: defen–
dióse -Pedro,
y
negó que lo hubiese conocido jamás.
Uno de los soldados, habiendo conocido por el habla
que era Galiléo , le hizo la misma reconvencion ;
y
Pedro juró que no conocía
a
aquel preso : finalmen–
te , una hora despues ,
V
iendolo
a
la lumbre uno de
los criados del Pontífice, aseguró que ciertamente erél
uno
de
los Dis ipulos de Jesus , que él lo había visto
en el huerto' quando prendieron
a
Jesus ; entonces
Pedro asustado,
y
temi endo que le echasen la mano,
afirmó por la tercera vez coa juramento , que jamás
lo había conocido. A este tiempo cantó el gallo se–
gunda vez ; y el Salvador que no estaba lexos de allí,
h abiendo echado una ojeada amorosa sobre el cobar-–
de
Disci
pulo , le hizo acordar de su prediccion. Co–
noció Pedro entonces su culpa; y penetrado del mas
vivo dolor; se salió
a
fuera hecho un mar de lág rimas
y
pasó tres d ías en llorar amargamente su infidelidad.
El
dia siguiente al amañecer se tuvo todavía-otro
Consejo Pleno de los Sacerdotes , de los Ancianos
y
de los Doétores de la Ley en la sala del Sanhedrin: hi–
cieron comparecer al Salva_dor en calidad de reo; pre..
gu taronle de nuevo, si era Chris to
y
el Mesías: respon–
dióles Jesus:
(a) Si
os lo digo , no me creereis ;
y
si
os
p regunto alguna cosa no me respondereis , ni me sol–
tareis, porque mi hora ha llegado
yá.
Solo
os
digo, que
el
Hi~o
del hombre que está aqui estará bien prestosen-–
tado a
la
d\estra de Dios Padre. Dixeronle entonces
todos: ¿Luego tú eres el H ijo de
Dios~
respondióles
Je-
(a)
Luc.
22.