154
VIDA DE CHRISTO
U
na respues ta tan prudente los puso todavía de mas
mal
hum~· :
ú
no eres sino pecador desde el vientre de
tu madre, le dixeron,-y quieres hacer de Doélor y en–
señarnos ; y con esto lo echaron de allí. Habiendo sa–
bido Jesus que lo habían echado fuera, y habiendolo
encontrado, le dixo : ¿,Crees en el Hijo de Dios
?
?_,Y
quién es, Señor, respondió, quién es el Hijo de
Dios,
para que yo créa en él
?
Díxole entonces Jesus : lo
has visto , y es el mismo que habla contigo. Enton–
ces exclamó aquel hombre: Creo , Señor ;
y
postran–
dose
á
sus pies , lo adoró. Entonces el Salvador di–
rigiendo Ja palabra
a
todos los circunstantes' dixo:
He venido al mundo para hacer justicia : como si di–
xera, pata manifestar un secreto ·impenetrable de la
divina Providencia , que aunque espantoso , no dexa
de ser justo ; pues se funda en
el
endurecimiento vo–
luntario de los malos. He ve-O.ido , para que los que
son ciegos , vean ;
y
para que los que vén , queden
cieg s. Los Gentiles que están en tinieblas , abrirán
un día los ojos
a
la luz ; y los Judíos que por todas
partes están rodeados de luces , cerrarán los ojos,
y
vivirán en una noche sombría. Los Sacerdotes , los
Fariséos y los DoB:ores de la Ley , que están d ta–
d os de tantas luces , estarán ciegos en medio de sus
mismas luces;
y
los mas sencillos de entre el Pueblo,
C]Ue tienen un corazon reélo y
l
n espiritu mas docil,
serán alumbrados de la luz de
la
fé
y
de Ja verdad.
El j uicio gue dice Jesus viene
a
hacer,
y
Ja justi–
cia que vien e a exercer , se toman aqui por la conde–
nacion que hace J esu-Ch ri to de los Judíos presun–
tuosos y endurecido ,
y
por Ja grac ia que hace a
los
Gentiles de llamarlos
a
la Iglesia , mientras que los
Ju-