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SEñOR NUESTRO.
sus artificios para quitqrle la gloria que de
taba'
oa
lo menos para obscurecerla.
151
él_
le resul-
-
§.XXXVII. ·
•'
:f
E;SU-CHRISTO DA VISTA A UN CIEGO
de nac imiento.
P
Asando Jesus, vló
a
un
homh~e·
que había nacido
ciego ; era esto en día de Sabado: preguntaronle
sus D isci pulos, si aquel hombre había nacido ciego en
castigo de su pecado,
u
del de sus padres. Ni uno ni
otro, respondió el
1
Salvador , sino que
Dios io
ha
permitido' asi: , 'para
1
ha;'Cetr ostensión de su
omn~póten
cia , y marnifestar -por-
medio
de
un~
milagro
la
gloria
de su H ijo. Mienrras que estoy en ·el mundo , añadió
el Señor, soy la
1-u.z
del mundo; -para saber quien soy
no es menes tar
1
sino abrir los·ojos
,V.Y,
"Vér
las
obras que
hago : dicho esto ,
-es~upió
en ·tierra ; y ·habiendo
hecho un barro de la tierra
y
su saliva , le frotó con
él los ojos al ciego , y le dixo : Anda
a
lavarte al ba–
ño de Siloe, que- sigrrifita el e111 viado
r;-
6Ste:· baño era
llil
depósito de las aguas de una fuente qu corría
a
la
falda del monte Sion. Cómo el nombre
~e·
Siloe ,
ú
de
enviado , es uno de
10s
nombres que-dá
la
Escritura al
Mesías, es cla_ro que
PÍ0
fue.
sin misterio el enviar
el
Señor a1 ·ciego a-aquella fuente ; sin duda serfa para
enseñarle .que -él es
el
que nos reengendra en las aguas
del bautismo,
y
el que 'cura con su gracia nuestra ce–
guedad espiritual. Obedece el ciego sin dilacion ;
y
apenas se hubo lavado los ojos, quando vió claramen-
te.