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VIDA
Dt
CHR.ISTO
sen ada
a
1os pies de Jesus ' oyendo con el ma yor
gusto y
~~ncion
sus santas instruciones. Viendo 1\1 r–
ta que
el
trabajo de cuidar de los hueºspedes estaba to–
do sobre ella, se quexó al Salvador de que su herma–
na la había dexado sola en la faéna de servirles; y le
pidió que la mandase fuese
a
ayudarla, y que no la de–
xára trabajar
a
ella sola: pero justificando J esus la de–
vocion de Maria y su eleccion, dixo
a
Marta : Marta,
Marta , andas muy solicita,
y
te embarazas en mu–
·chas cosas;
ya
la verdad, una sola cosa es
neces,aria~
Maria ha elegido la mejor
parte~
la
qual jamás se
le
quitará.
(a)
No condena el Salvador la hospitalidad que
Marta exercía con tanta caridad con él y con sus Disci–
pulos; solo condena la inquietud
y
turbacion que causa
una solicitud demasiado grande ; pero prefiere todav
ia
a
esta caridad el zelo de la propria perfeccion
y
el
cui~
dado de la salvacion, el que sin disputa es la sola co...
~.ª ~ndispensablemente
necesaria,
y
que se debe prefe–
rir
a
todo cuidado, por loable que sea. Murmuraban
mucho entre sí los Fariséos , porque Jesus se había
puesto
a
la mesa· sin haberse lavado antes las manos:
el Salvador que penetraba todos sus mas secretos pen–
samientos , se valió de esta ocasion para quitar
la
mascarilla
a
su hipocresía'
y
hacerles conocer las
groseras ilusiones de que se alimentaban.
Vosotros los Fariséos , les dixo con un tono de
maestro, teneis gran cuidado de purificar el exterior
de la copa y
del
plato ;
y
el aseo exterior es una
de las partes de vuestro caráéte r ,
al
paso que te·
neis el alma manchada con mil pecados de que haceis
poco escrúpulo : vuestro corazon
está lleno
de
ra-
(a)
Luc.
ro.