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VIDA DE CHRISTO
§.
XXX.
EL MISTERIO DE LA EUCHARISTIA
choca
a
algunos Discípulos de
:J
su~Christo,
Los
que se hacen apóstatas.
S
ln embargo de una explicacion tan clara, n
falta–
ron algunos de los que hasta entonces habí n sido
Discípulos del Salvador ,
a
quienes todavía parecie e
'demasiado dura esta doéhina, y esta verdad: como no
comprehendían que Jesu-Christo fuese Hijo de Di s,y
como no
lo
míraban sino como un puro hombre , no
·quisieron jamás creer qne pudiese hacer lo que
dec i~
Por mas zeloso que fue e el Salvad r de su salva–
cion, no quiso modificar en nada su doB:rina s brees–
te misterio, como quien sabía muy bien que nada ha–
bía dicho que no fuese verdad ; cententóse, pues, con
decir, lastimandose de su incredulidad, que no ignora–
ba había entre ellos algunos que no creían : porque
·siempre había tenido conociniento, añade San Juan,
de los que no creían ·
y
en particular del que l h bía
de entregar. (Hablaba del traydor Judas, que estaba
falto de
fé,
y
que se puede mirar como el caudillo
y
padre de todos los h ereges , que niegan la presencia
real de Jesu-Chri to en 1 ad rabie Sa ram nt
de Ja
Eucaristía. ) Por eso añadió J e us, que ningun
p
ía
venir
a
él, sino le era concedida esta
gra
ia p r su Pa–
dre. La
f~
es una gracia ; per
es una v rdad de
~,.,
que se puede resir tir a la
racia ,
y
esto 1 prueba <le–
ma iado el exempl del desvent urado Judas ,
y
de 1 s
Discípulos incr /dulos , que ser tiraron
y
no siguieron
mas