D E
r'O
TO
S.
'4º7
pan
y
vino; es
realmente
el
cuerpo
y
la sangre de
DEL
CollP.
Jt!
Christo:
lorpu1 er1im sunt,
&
sanguis lhristí.
E mene
ter que Ja
fo
corrija
la idea que los senti-
do re d:in. Guárdate bien
de
juzgar
sobre
e ro
por
lo
ojo
ó
por el
gusto:
Nejúdlces rem ex gustm
haz que
tu
fe
te
haga
esta verdad cierta
é
indubi,ta·
ble;
cree
que lo que recibes es el cuerpo
y
sangre
d~
Je u
Chri
to.
HJsta aqui son
palabras
de
San
Cirilo.
Tal era
Ja fe:
de los primeros
siglos
por lo
que
to
a
á
Ja
Eucari ría. ¿De qué
espíriru
ha veni-
do
Ja
creencia
de los
hereges
de
esros úlcimos
ti.em-
po
?
En Ja Iglesia desde los
primeros
dias de su na·
cimiemo hasta nosotros, siempre se ha creído
que
la sub tan ia de p:in
y
la
de vino
se
convierten
en
la
ubsrancia del cuerpo
y
de la
~angre
de
J
esu·
Chribro.
E~ro
es lo que la Iglesia llama tcaniiubs-
tanciacion; es
decir,
mutacion
ó
conversion de
subs-
tancia; e
re
prodigio se hace por la virtud omnipo-
tenre de las
palabra
de
J
~
u-
Cbri to, que pronun-
cia el acerd
te
en nombre del
Salvador.
Si Dios
pudo onvertir
á
la muger
d~
Lot en esrárua de sal,
Ja vara de
Aar
' n en serpiente, el agua en vino en
las bodas
d~
Caná , decían !os Padres quando ins-
truían
á
los recien bautizados
para
la
primera
Comu-
nion; (por qué no podrá este mismo Dios coaver·
tir
el pan
y el
vino en su sagrado cuerpo
y
en su
pre io a sangre en el Sacramento de la
Eucaristía~
Hoe
f
ticite in
mMm commemor·a,tiónem:
Haced
e
to en
memoria
de
mí. Al decir esras palabra or–
d~nó
el
lvador
dt! P.r
bíteros
á
su Apósto–
fos, di en lo Padre . iempre que comí' reis esre
pan, di e
Jc;~u-Christo,
bebi ' reis
este
caliz ; ea
Ce
4
de-