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DEVOTOS.
tros. No
dice
el Señor: Tomad
y
comed este pan;
DEL
CoRP.
sino tomad
y
comed; este es mi cuerpo; es
d~-
cir , la substancia , que os presento baxo estas espe-
cies, es mi cuerpo,
ya
no es pan. · Pues el Verbo
Eterno, que es la misma verdad dice: ·Este es mi
cuerpo ; persuadámonos , dice San Chrisóstomo,
creamos sin duda que es así ; mirémosle con los
ojos
de
una
fe
viva :
Quóniam Verlmm dicit: Hoc
est corpus meum;
&
assentiámur,
&
credámus,
&
intellef1uálihus ipsttm óculis itJtueámur.
Este es
mi cuerpo ; ral es la virtud
y
la fuerza de las pala-
bras de la consagracion , producir en calidad de
causa eficiente lo que expresan. Para que esta suei:-
te de proposiciones sea verdadera , no es menes.ter
sino que l·a cosa ·que designan, exista luego que se
pronundan. Lo que Jesu-Christo tomó en sus ma-
nos no era sino pan; pero no bien hubo pronun-
ciado ·estas palabras: Este es mi cuerpo; quando
toda la substancia de pan füe en·cierto modo a¡1iqui-
lada ,
y
no quedó otra substancia en lo que
J
esu-
Christo daba
á
comer
á
sus Apóstoles, que su pro.:.
pío
cuerpo , el que dentro de algunas horas había
de ser entregado
á
.sus ene¡nigos , lleno de opro-
bios, azotado
y
crucificado. No quedaba del pan
otra cosa que las apariencias ;
á·
saber , el color, .la
figura, el peso, el sa.bor ; lo que comunmente se
.llama
accidentes
ó
especies. No tenemos en el nue-
vo Testamento otra cosa mas formal ., mas precisa,
mas clara que
Ja
realidad
del
cuerpo
y
sanare de
J esu· Christo en la adorable Eucarisda. Quan:'as ve-
.ces se
habla de este divino misterio , ya e.n
el
capí–
tulo sexto de San Juan,
ya
en
los otros tres
Evan-
Cc
2
ge-