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41i
EXER,CIC!OS
LA Frns'I'A. tiria
y
arruinarla.
Este es mi cuerpo, que será
entregado,
no solo
á
la muerte, sino tambien
á
las
sacrílegas profanaciones de los malos Christianos,
y
á
las furiosas persecuciones de los hereges.
Tomad
y
comed;
no
O$
contentasteis, Salvador mio, con
nuestras adoraciones en este di vino Sacramento;
. quereis, además de esto, que os hagamos nuestra
comida
y
a-limento; quereis que el conocimiento de
nuestras necesidades nos mueva mas que el
de
nues·
tra indignidad
y
de nuestra miseria;
y
que el amor
venza al temor
qu~
nos detiene
y
nos espanta. Si
es un error del entendimiento que no merece per–
don , el negar la realidad del c;t.Jerpo y sangre
de
J
esu-Christo en la Eucaristía ; tambien es un erroc.
criminal
y
grosero, por decirlo así, de
la
voluntad.
el alexarse de esta sagrada mesa ,
y
excusarse con
pretextos frívolo$
de
asistir
á.
este divino banque..
te. No se diga que es el respeto lo que nos alexa
de la Em;aristía ; excusa artificiosa , que no puede
engañar sino
á
los simples. No se diga tampoco
como los convidados al banquete del Padre de
fa.
milias:
Vittam emi
;
uxorem duxi:
Mi
corazon está
disgustado
cJe
este divino alimento; yo no hallo
gusto sino en
los
manjare$ que me presenta el
rnlln
4
do; sus gustos excitan
y
avivan demasiado
mi
ape–
tito, para no preferirlos
á
e¡¡te pan vivo. Soy in·
digno, dic;e
otro,
de este
manjar celestial,
que
pi·
de
un~ pt.Jre~a
que
yo
no
tengo , y una
devociptl
que me es
des~onocida.
El
enteodimi~nto
halla e.sta
djsculpa para fav.orecer
las malignas inclinacio–
nes deJ coraz9n. .
Por mas
libertino que sea , no
.se
isq~mi
<¡_ue
para
as~stir ~ e~t~ s~graqo baQqu~te
se