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D lA XXVII.

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Manifestando siempre Pedro en el cuello torcido ,

color pa!ido las señales mas auténticas del suceso;

vi vió dos años despues en Barcelona todo ocupado en

altas contemplaciones,

asombrosas penitenci as. Destinó–

le la obediencia al empleo que n1as deseaba su · apostóli–

co zelo , que era la conversion de las almas ;

haviendo

hecho el mas copioso fruto en ellas por mociio de su

predicacion,

admirables portentos ; no pudiendo sufrir

su humildad los honores ,

aplausos que le tributaba to–

da la Ciudad, se retiró al pobre Convento de nuestra Se–

ñora de los Prados , sito en el Obispado de Tarragona,

donde su vida fué una continua serie de heroycas virtu–

des,

familiares

coloqui.os

.con la Reyna de los Angeles,

quien agradecido del favor dicho '

p~·ofesaba

tanto afec–

to, que no parech posible ni rnas reverente devocion , ni

ternura mas filial.

Como notasen los Religiosos que en sus freqüentes

raptos decia muchas expresiones dulces , en bs que pare–

cia estaba en co ve ·sacian con a1gLUl a persona invi sible,

pregnnt:índole de_s¡u s qué le sucedía , respondia siempre:

no lo sé

Dios lo sabe.

Y acordándose de aquellos dias que

estuvo en la horca , les asegt.naba eu las repetidas veces

q 1e hablaba de la gloria:

Creedme, hermanos carÍsimos, que

yo no

juzgo haver vi-vido dia alguno, sino aquellos pocos,

pero felicÍsimos, en que pendiente de un madero estaba repu–

tado por difunto.

Finalmente oprimido de una grave enfermedad, cono–

ciendo se acercaba la hora de su muerte, la que predixo

con cspíritn profético , despnes que recibió con su acos–

tnt Jb rado .fervor los últimos Sacramentos, cant:1ndo aguel

verso de David :

vuélvete alma mia á tu descanso, porque

Señor

lo ha hecho bien contigo

repitiendo otro del

mis.mo

Profeta :

yo agradaré al Señor en la region de

los

•

v ivos,

entregó su espíritu en n1anos del C riador en el dia

de Abril ,

~ignándose

Señor desde luego acreditar

la gloria de su siervo con siete milagros de prodigiosas

curaciones ·de ues h<?mbres ,

quatro nmgeres

á11tes

que

se diese sepultura

su venerable cuerpo.

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