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ABRIL.

ser verdadera su vocacion , que fué recibido en el Con–

vento de Barcelona con particular ·aplauso.

Apénas se vió vestido con la insignia militar de la Rey–

na de los Angeles , maravilló su fervor

a

los mas perfec–

tos,

y

n1iráron los n1as ancianos con admiracion sus pro–

gresos en

el

hoviciado ; pues no pudo. subir

á

tnas punto

su

hnn1ildad , puntualidad , y obediencia. Las pasiones

á

que se havia entregado tan desenfrenadamente en el Si–

glo, se an1otináron con violencia, viéndose reprin1idas en

la Religion; pero supo sujetarlas con tanta prontitud por

n1edio de rigorosas penitencias , por una continua tnorti–

ficacion de los sentidos, y por una oracion perpetua, qne

ántes de acabarse el año de aprobacion , logró verlas to–

das rendidas

á

la servidumbre de la razon. Al tnodo que

quando Xefe de n1alhechores les precedió en los

desórde~

nes, despues que siguió la Milicia de Jesu-Christo se aven–

tajó á ·ros de

la

profesion en la refonna. En lugar de

bs

annas ofensivas que usó q uando libertino, sostituyó di–

ferentes instrume

1t o

de n1ortificaciones aso1nbrosas para

crucificar stcl carne.

Los cJias ,

y las noches pasaba hecho

un mar de

1

'grima5, pidiendo al Señor tnisericordia; lle–

gando su rigor

á

tales términos , que así con1o

á

otros

Religiosos se les. hacen capítulos de Cl}lpas. '

a

Pedro era

necesario hacerle continuos exán1enes sobre sus penitencias

hasta n1andade por obediencia que se fuese á

la

mano

en

ellas.

Viendo los Su.periores su gran talento , y raro tnérito,

le nundáron con precepto expreso recibiese los Sagrados

Ordenes,

á

pesar de su lTJmilde resistencia,. por la que se

confesaba indigno de ascel)der al Sacerdocio: en cuya dig–

nidad se portó cotno el 1nas digno Ministro del Altísimo.

Todos los dias celebraba el Santo Sacrificio de la Misa con

tanta devocion , ternura,

y

lágrimas, que quantos le veian •

en el Altar salian con1pungidos, como si oyesen el Ser–

tnon de un Predicador Apostólico.

Bien satisfecha la Religion de su fervor ,

y

zelo, fió le

á

los ocho

a6.os

de profeso

el

impórtante cargo de Re–

dendon de Cautivos. Desetnpeñó la con1ision con1pleta-

111en....