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C APITU L 0 V.

39

hortum meum, soror mea Sponsa,

messui myrrham meam cum aro–

rnatibus rneis : cornedi fa vum

ctim rnelle rne0 , bibi vinum

rneum cum lacte meo : come–

dite , amici , et bibite , et ine–

briamini , charissimi.

2

Ego dormio, et cor meum

vigilat :

vox

dilecti mei

pul-

mas

son los Dones del Espfritu Santo.

El

pan,d

es el Cuerpo de Jesu Christo,

fab ricado en las purlsimas

entrafi.as

de Ma–

rfa. La

rniel ,

la espiritual dulznra que se

perd be de este parral. El

vino,

el ciliz de

salud de la Sangre del Senor. La

leche

,

la

d0Cl:ri

0

na de los secretos de la divina pa–

labra. De estas cosas se apacienta Jesu

Christo en sus miembros, quando los que

Jes son fieles las comen y disfrutan, sien–

do a un mi smo tiempo el que convida

y

el convidado, y convidando a todos con

las mismas palabras que dixo a sus Apos–

toles :

Comed de este todos

:

Bebe.d de

este todos.

MATTH. xxv1. 27.

et

1.

Co–

rinth. x.

3.

4.

Aqui da fin el

BossUET

al

tercero dia de las bodas.

Hase de entender aqul , que con–

cluido el convite se foe el Esposo ,

y

-vino la tarde , y paso aquel dia , y ama–

necio otro : y la Esposa cuenta lo que en

aquella noche le habia acontecido con sa

Esposo ' que la vino a ver '

y

llama a

SU

puerta ,

y

por poco que se detovo en

abrirle , se torno a ir: lo que foe causa de

que ella .saliese de su casa, perdida de no–

che , y se foese a 1-carle : lo qual todo

cuenta ,

y

cada cosa en particular con

extrana gracia y sentimiento. M. LEON.

S.

AMBROSIO ,

a quien han seguido algu–

nos otros Inte rpretes , dice: Que embria–

gada la Esposa de los Divinps Mysterios,

y

como adormecida con el vino Celestial

del banquete de su Esposo , da gritos en

medio de! trasporte en que se halla, di–

ciendo :

Yo duermo.

Otros lo exponen co–

mo que cuenta a sus compafi.eras un sue–

fio que habia tenido ;

y

de este modo se

cue

pueden

1

c"b'J lcar , segun el H ebreo , estas

1

12e

1a 1a

t"'d

.

d'

pa

au r

1

uermo

;

como s1

1xera:

v

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exp

tCd

l b

y

I(}

o

,.r

.y

mi corazon

ve

a a.

<

en

l

ras :

.1.

er

dormia ,

to , hermana mia Esposa , he

segado mi rnyrrha con mis aro–

mas : he comido panal con mi

miel , he bebido mi vino con

mi leche : corned , amigos ,

y

bebed ,

y

embriagaos , o

mu

y

amados.

2

Yo Quermo,

y

mi corazon

vela

1

:

voz

de

mi amad que lla-

que podia este corazon sonar velando,

si–

no en su Santo Esposo? No hay tampoco

que

extrafi.ar

, que vuelva aqui a repetir

una parte de las cosas qoe habi a ya dicho

en el Capitulo

ui.

Porque (qui! podia ser

el objeto mas ordinario de sus pensamien–

tos

y

de sus sueiios, sino todo lo que mi–

raba

a

aquel , a quien con tanta razon a–

maba tan tiernamente

?

Yo dorwia , dice;

pero mi alma , libre de las ataduras del

cuerpo ,

y

solicita por la ausencia de mi

Esposo , no cesaba de revolver sus acos–

tumbrados pensamientos. En esto estaba,

quando llego mi Esposo,

11~6

a la pner–

ta , y me dixo con palabras de la mayor

ternora que le abriese. Conod su voz,

y

habiendo tardado un poco en abrirle , se

foe. En este sueno de la Esposa , segun

la exposicion de S.

AGUSTIN,

se describe

la

vida sosegada , libre y desembarazada •

de los negocios del siglo, a los quales dan

de mano los que de veras buscan a Dios,

por aplicarse del todo al estudio de la Ce–

lestial Sabidurfa. Algunos quieren qne la

segunda parte de estas palabras se entien-

da de! Esposo, a quien llama

su corazon;

porque se lo tenia robado. Y en este sen–

tido dice , como lastimandose de! trabajo

de su Esposo: Que mientras ella reposa-

ba

~su

corazon , esto es , su:Esposo, ve–

laba. Dios muchas veces , quando los su–

yos estin mas olvid ados de el ' entonces

por su grande amor los vela

y

I

rodea

con mayor cuidado.

M.

LEON.

Buena

prueba tenemos de esto , en lo que quiso

el Senor darnos a entender , quando es–

tando en el huerto , dormi an con un sue–

no tan pesado

SUS

tres Disdpulos ' mien–

que el mismo Senor estaba tan desvelado,

orando

y

derramando su sangre con tanta

voluntad por

su

salud

y

remedio.•