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EL CANTICO . DE LOS CANTICOS.
mea , veni de Libano , veni:
coronaberis de capite Arnana,
de vertice Sanir et Hermon,
de cubilibus leonum , de mon–
tibus pardorum.
9 V
ulneras ~ i
cor meum , so–
ror rnea Sponsa , vulnerasti cor
meum in uno oculorum 1:uorum,
et in uno
rine colli tui.
Io
i
Quam
pulchrae
sunt
mammae tuae, soror mea Spon–
sa
!
pulchriora sunt ubera tua
vi no , et odor unguentorum tuo-·
rum super omnia aromata.
Ir
Favus distillans labia tua,
Sponsa ,
mel
et lac sub lingua
tua : et odor vestimentorum tuo–
rum
sicut odor
thuds .
de algunos collados que tenia en sos cam–
pos , a quienes habi a puesto los nombres
de aquellos mo
~s
sefialados ;
y
que por
esro hace tambien mencion de las cuevas
de .las fieras, que son muy comunes en
ellos. El Esposo pues mostrando el ar–
dentisimo amor que tenia de la salud de
todos , convida no una .sino tres veces a
Ya
Iglesia , que por el Bautismo
y
venida
del Espiritu Santo era toda hermosa , a
salir de Jerusalem ,
y
a extenderse por
aquellos montes ; esto es , por todas la
regiones
y
Provincias del mundo , sin te·
mer los leones ni los leopardos , quales
eran
SUS
enemigos
y
pcrseguidores , ase–
gurada de
Ia
viEl:oria
y
de<facorona.
'
El Hebreo :
Robaste mi corazon.
Como si dixera :
Alla
me tienes el cora–
'zon. Manifiesta tambien con aquella r -
peticion la vehemencia de su amor.
2
En lo que se hace si n duda alusion
a
Ia costu .bre de las mugeres Orientales,
y
se usa tambien en alguna de nues–
tras Provincias , que quando salian de ca–
sa llevaban toda la cabeza cubierta con
un velo , dexando solamente descubierto
uo ojo
y
un resquicio para ver en donde
pooi an el pie,
y
no tropezar. Puede tam–
bieo trasladarse :
Con una sola mirada
u
l>jeada tuya. Y
con la una
trmza
de tus
mia , ven del Libano, ven :
~eras
coronada de la cirna de Amana,
de la cumbre de Sanir
y
de Her–
mon , de las Cuevas de los leones,
de los montes de los leopardos.
9
Llagaste
mi
corazon, her–
mana mia Esposa
1
,
llagaste mi
Corazon con el uno de tus ojos,
y
con la una trenza de tu cuello
2 •
1
o
i
Quan hermosos son tus
pechos, hermana mia Esposa
!
mas hermosos son tus pechos
que
el vino ,
y
el olor de tus perfumes
sobre todos los aromas ·
3 •
I I
Tus labios, o Esposa, son
panal que destila miel
y
leche de–
baxo de tu lengl!la:
y
el olor de tus
vestidos como olor de incienso
4.
hermosos cabellos , que se desprende por
tu cuello.
Los ojos
de la Iglesia son sus
Prelados , qoe la encaminan a las cosas
de! Cielo :
los ca!Hlios
son los subd itos:
su cuello
son los per feEl:os .
Uno de los
ojos
o
d e los cabellos
,
es la unid ad y con–
formidad de la
fc
que ti cnen u nos
y
otros,
Prel ados
y
subditos , por la qua!
foe
lla–
gado y herido Jesu Christo.
AQU ILA
tras–
lada
7t'AoK&.f-1.<.J? ,
trenza .
A
este modo en
el
Cap.
xvi.
de los Jueces,
en donde se.
hace memori a de los siete cabellos de
Samson , los Lxx. trasladaron
€1r"•a
au·
p&.s
,
siete trenzas
,
en las que Samson
recogLa
y
ataba su hermoso cabello•..
. 3
Vease el C ap.
f~
1
1.
2.
en donde
queda explicada esta expresion , con so–
la la diferencia, que alll se habla de los
p echos del Esposo ,
y
aqul de Ios de la
Esposa.
Alll
se considera Ia
intrfoseca
bondad del Esposo , que siendo Dios ,
es
esencial
y
unicamen te bueno : aqui se
considera la caridad de la Esposa , en a–
tencion al bien que hace a las almas , a–
limentfodolas, instruyendolas ,
y
fortifi~
cindolas en Jos caminos de Dios.
4
EI Hebreo:
P ana! de miel desti–
lan tus labios
;
y
los
LXX.
de! mismo
mo~
do
x11pfov
a?ro<r-ra~ovcri
x,EtA.11
<Toti.
Como
si
dixera : Tus paiabras son todas miel,