e
A P I T
U
L 0 X
X
I I.
2
3
22
Sic et cor timidu m
in
cogltatione stulti, contra irnpe–
tu rn timoris non re istet.
23 Sicut cor
trepid um
in
cogicatione fatui , omni tempo–
r e non metuet ; sic et qui in
praeceptis Dei permanet
sem–
per. ·
. 24 Pungens oculum deducit
l acrymas : et
qui
pungit cor
profc rt
sensum.
25 Mittens
lapidem
in vo–
l atilia , deiic iet illa : sic et qui
convitiatur
amico
,
dissol vit
ami itiam.
26
Ad amicum
etsi pro–
duxeris gladium , , non despe–
res : est enim regressg.s.
Ad
a-
111icum
27
Si
a
perueris
os
triste,
non
timeas : est enim
concor–
datio ; excepto convitio et im–
properio et supe rbia _,
et
fnY–
sterii reve1atione et plaga do–
los:i :
in his omnibus effugiet
amicus.
I[
Que inquieta al nec10 con pensa–
mi entos ·de temor.
No durm·a:
luego ce–
ded. a la adversidad y contratiempo. To–
da la
·se nten~ia
es esta :·Los hombres gra–
ves y prudert tes sou semejantes a los ed·i–
ficio s bien unid os
y
tr bados : los necios
e . impruden tes a los que se haceri a poca
costa ' atendiendo mas a lo que se
ve
en
cllos , que a su seguridad y firmeza .
·
3
·
Porque al necio no le mueve aque–
llo que debia llenarle de horror Y. e pan–
to, como es la culpa y la pena que le es
consiguienre :·mas por
el
contrario el pm–
d cnte qu{J solamente teme ofender a Dios,
eo todo lo demas permanece
inalterable~
si.n que pueda p erturbarle cosa alguna.
3
El qqe habla al alma con desenga–
fio
y
con palabras eficaces de verdad, hace
que se compunja , qoe
conoz~a
sos faltas;
que las sienta•,
que ;,e a ergi1em::e....
0
tambien , el que
med.itao.do punza el co-
Tom. VI.
22
A si
el corazon del necio,
t!mi
o
1
en
sus pensarniento ,
no
podra re
i
tir alimpetu de l miedo.
23 Como el corazon del
ne–
cio, medroso en
su
peosarnientos,
no tern
ra
en todo tiempo
2
;
a
1.
t a rnb ien e.
ue p rmanece
iem–
pre en lo n.. ndamientos de Dios.
24 El que punza el
o saca
l agrirnas :
y
el ·que punza el co–
razon
3
saca sentimiento.
2
5
El q ue tira pied ras a las
aves , las ahuyentara
4 :
as1 tam–
b ien el
q
ue habla rnal del amigo,
rompe la amistad.
26
Aunque saques
la
espada
contra el amigo , no desesperes:
por~ue
hay reconciliacion
s.
Al
amigo
27
Siabrieres la boca para de–
cide cosas tristes
6 ,
no
tem~s:
por–
q ue hay lugar a l a concordia; con
tal que no h aya denuesto
7
e im–
p_roperio
y
soberbia, y descubrir
un secreto
y · h~rida
a traicion: por
todas
esta~cosas
huira
el amigo.
r azon, .Io aguijonea
y
hace entrar en pen–
samien tos serios.
'* ElGriego
a7ro<To(3E.';
av•nt
,
las
~s-
pan.tar.ti...
s Porque poedes i(jSperar
reconciliacion.
.
6
Palabras y esacias e inconsideradas,
que le causen tr is teza o molestia.
7
Zahiriendole
y
afrentindol.e con al–
guna cosa que ofonda o perjudique a
sa
boet:'
mbre, credito ...
lmproperio,
dan–
d ole ea cara con su ingratitud ., o con al–
gun vicio que le haga poca honra.
Sober–
bia
,"
tratand6le con altivez ,
y
pr'}CU-
. rando abatirle
y
tenerle siempre deba–
:xo.
For
descubrir un secreto
de impor–
tancia qoe se le haya fiado :
por herida
a
traicion,
por qualqoier dafi.o que cn–
ganiodole a t raicion se le hi ciere. Tod:.ts
estas cosas por la mayor parte son las
qoe al fin rompen las amisrades p ar a siem–
pre iin esper:rnza alg_una de reconciliacion .
Hh
z