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f
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EL
LIBRO DE LA SABIDURIA.
18
Agrestia enim in aquati–
ca conver tebantur : et quaecum–
que erant natantia
in terram
transibant.
19
Ignis in aqua valebat su–
p ra suam vir tutem _, et aqua ex–
tinguentis naturae oblivisceba-
tur.
•
20
tlammae e contrario , cor–
ru ptibilium animalium non ve–
xaverunt carnes coambulantium,
nee dissolvebant
illam , quae
facile dissolvebatur sicut gla–
d es, bonam escam. In omni–
bus enim magnificasti Populum
tuum , Domine, et honorasti,
et non despexisti , in omni tern·
pore et
in
omni
loco
assi–
stens eis •
•
•
resultando de todo una armonfa admira–
ble ,
y
conforme en todo a sus designios
inapeab les a nuestras cortas luces.
~
Porque los animales t errestres a uso
de los
I
rae litas pasaron con e llos por
medio del mar Roxo .
~
P erque
I.a~
ra_gas
se hall aren en
las
18
-Porque las cosas terresl"'
tres
1
se mudaban en las de agua:
y
aquellas que nadaban se pasa–
ban a
la
tierra
2 •
19
El fuego en el agua era
aeti vo sobre su fuerza
3,
y
el agua
se olvidaba de la naturaleza que
tiene de apagarlo.
20
Las llamas por elcontrario,
no hicieron ninguna impresion en
las carnes de los animales corrup–
tibles
4
que andaban entre ellas,
ni
disolvian aquella buena ·vian–
da
5
q
ue se deshace f'acilmente
co–
mo la helada. Porque en todas las
cosas engrandeciste, Senor , a tu
Pueblo ,
y
le honraste ,
y
no le
despreciaste, asistiend<;>le en
to–
do tiempo
y
en todo lugar.
.
cas as d e los
Egyp i;:io~
como en
el
agua.
~
Quaodo el fuego , la lluvia
y
el
granizo calan todos mezcl ados .
4
Langostas, ranas ; viles inseB:os con
que afligio Dios
a
Jos E gypcios.
s
El maoa , que p ara los lsraelitas fie–
les erade un gusto d.elicado.
Supr. x vr.
22.
d