(
ADVERTENCIA.
y
enterrado en el mismo lugar. Se dice haber sucedido esto el año de sesenta
y
dos de Jesu Christo,
y
se cree tambien haber escrito poco ánrcs esta Carta , di–
rigida a los Judios Neóphitos esparcidos por todas las Provin.cias del Imperio Ro–
mano. Toda ella está llena de avisos saludables,
y
de máximas de edificacion. Ame–
n aza con rigor a los
soberbios ~,
ambiciosos
y
avaros : representa con expresiones
muy vivas los males
y
excesos de la lengua :
co~suela
a los pobres
y
afligidos,
realzando la felicidad de su estado : da reglas muy seguras por las quales puede
conducirse un Christiano :
y
por últimO' hace ver que todo el mal nos viene de no=–
sotros mismos ;
y
de Dios todo el bien que tenemos ,
y
que este bien Jo hemos
de alcanzar por medio de la oracion, cuya virtud
y
eficácia hace patente.
De la autoridad de esta Carta no debe dud_ar ningun Cath6lico, despues de la
decision del Sagrado Concilio de Trento. Luthero emplea todo su furor en desacre–
ditarla,
y
en pretender vanamente degradar su autoridad. Lo que no debe parecer
extraño , viéndose refutado en ella uno
~?e
sus errores capitales , en qoe niega la
necesic!
td
de las obras para conseguir l:t: Jud. Calvino ménos preocupado que Lu–
thero, .')ovencido del peso
Jf
autoridad que la
~ompafia
, no os6 desecharla.
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