C A P I T U L O XII.
25 Videte ne recusctis lo–
qucntem. Si enim
\)Ji
non effu–
gerunt, recusantes cum qui su–
per tcrram loqucbatur ; multo
magis nos , qui de Caelis lo–
quentem
nobis
avertimus.
26 Cuius vox movit terram
tune: nunc autem repromittit,
dicens : Adhuc semcl ; et ego
movcbo non solum terram , sed
et Caelum.
27 Quod autem, Adhuc se·
me!, dicit: declarat mobilium
translationcm , tamquam faéto–
rum , ut mancant ea quae sunt
immobilia.
28 Itaquc Regnum immobi–
le susci pientes , habemus
~ra
tiarn : per
q~
serviamus pla–
centes Deo, cum metu et reve–
rentia.
29 Etenim Delt5 noster ig–
nis consumens est.
25 Mirad quenodesecheis'al
que habla. Porque si no escaparon
aquellos , que desecharon al que
les hablaba sobre la tierra
2
;
mu–
cho ménos nosotros,si desechamos
al que nos habla de los Ciclos.
. 26 Cuya
V07.
movió entónces
la tierra : mas ahora nos intíma,
diciendo: Aun una ve1.; y yo mo–
veré no tan solo la tierra , mas
tambicn el Ciclo
3 •
27 En esto que dice: Aun una
ve:~. ;
demuestra la mudanz.a de las
cosas movibles, como cosas he–
chas, para que permanezcan aque–
llas que son inrnobles
4 •
28
~
así recibiendo un Rey–
no inmovible
5
,
tenemos
r
rada:
por la que agradando a . os , le
irvamos con temor
cia.
29 Porque nuestro Dios es
fuego consumidor •.
•
A Jesu Chrfsto qne os h:lbla , ,,ol-
gios que acompañaron la publicacion de
viéndole las espaldas
,
y
apost.1tando
d~
la antigua alianza, haré al16ra otra vez
su fe.
que
~~
conmueva no solo la tierra , sino
"
:¡:
Si
no
pudieron evitar el castigo los
el mismo Ciclo, con lo que debo hacer
I sraelitas , despreciando la Ley que Dios
quando se publique la nueva. Esta con-
Jcs inrim6 por medio de Moysés , y por
mocion y mud:mz:t consiste en que
el
es-
ministerio de los Angr,lcs : Ley , cuyos
tado presente de las cosas corruptibles se
receptos
co.Jnp~r
la mayor parto
c:u~biará ei1!inc~lc,
para hacer di-
l.iilllíil...
lo
observa
e
cosas-.teriores:
Ley
chosos etern
1
a
los que sean fieles.
que estaba fundada sobre promesas tem-
4
Ent
s sas mudables o sujetas a
poralcs ,
y
sobre el temor de las penas
mudarse
1
se comprehcndc la Ley
ami-
que fulminaba contra sus
transgresores~,
que solo debía dur:n por un tiempo.
¿c6mo podrá evitarlo
el
que despreciátt)JI""" La
nuev~A
1
anza , como que ha de ser
1a
Ley Evangélica ,
que
Jcsu Chrisro nos
eterna,
e ·
a en el número
de
las inmovi..
ha
anunciado yor sí mismo
y
por
el
minis·
bies
,
o
e no están sujetas
a
mudanza.
.terio de sus
l
redicadorcs? Ley toda es-
5
l'or lo qua!, habiendo entrado ya
piritual , cuya publicacion fué autorizada
por la fe en el Reyno de Jesu Christo,
oon
la
efusion de los dones
y
gracias del
hechos participantes de
la
eternaAlianza...
E spíritu Santo: y Ley
que
mira
a
hacer
6
Deuter.
IV.
24.
Porque si somos
perfeéto al hombre , y a conducirlo
a la
rebeldes , tenemos un D ios zeloso , un
bicnaventur<~nza.
S.
TnoMAS
Leél. v.
Dios , que como fuego abrasador, con-
3 AGGAEI
n.
7 ·
Dcspues de habt>
sumirá a los que
le
hubieren vuelto la es...
hecho cxtremcccr
la
tierra con
los
prr.
a-
palda. S. AUcusT.
cont. Adim. Cnp . xur.
-