CAPITULO
l.
5
8 Sed • acci pietis virtutem
supervenientis Spiritus Sanéti in
vos , et eritis mi
hi
testes in Ie–
rusalem et in omni l udaea et
Samaria et usque ad ultimum
terrae.
9 Et cum hace dixisset, vi–
dem ibus illis , elevatus est : et
nubes suscepit eum ab oculis eo–
rum.
10
C umque intuerentur in
Caelum eu ntem illum, ecce duo
vi ri astiterunt iuxta illos in ve–
stibus albis ,
11
Qu i et dixerunt: ¿Viri
G alilaei , quid statis aspicientes
i n Caelum ? hic l esus , qui as–
sumptus est a vobis in C¡rlum,
sic veniet , quemadmodum vidi–
stis cum euntern in Caelum.
"'
12
Tune reversi sunt lefo–
solymam a nllh te qui vocatur
Oliveti , qui est iuxta lerusalem,
Sabbati habens iter.
13 E t cum introissent in coe–
naculum , ascenderunt ubl mane–
bant Petrus et Ioannes , l acobus
et Andreas , Phili ppus ct Tho–
mas , Bartholomacus et Mat-
•
D areis testimonio GP todo el mun–
do de mi
Encarn:~cion
, de mi Vida , de
mi Doélrina , de mi Pasion , de mi R e–
surreccion, de mi Ascension .... Con esto
les quita la Ütlsa idea que tenian de que
el
Mcssías no era sino para los Judíos.
~
En aquel lugar del Monte Olivete,
en donde quedaron estampadas las huellas
del Salvador, segun S.
PAULINO
E
p.
x r.
y
SevnRo SULI'ICTO
L ib.
ll.
3
Dos
A
ngclcs en tragc de hombres.
4
La
p:~.labra
hiccs
cnphática. Este Je–
:s~s
poco ha crucificado,
'y
ya ahora glo–
noso, lo vercis aun como vendrá otra vez
a In/rari.
1.
Luc. ~~ rv.
48.
8 Mas recibiréis la virtud
del Espíritu Santo, que vendrá
sobre vosotros ,
y
seréisme testi–
gos en J erusalcm y en toda la Ju–
déa y Samaria y hasta las extre–
midades de la ticrra '.
9 Y quando esto hubo dicho;
viéndolo ellos , alzóse • : y reci–
biólc una nube que le quitó de
sus ojos.
10
Y estando mirando al C ie–
lo quando él se iba , he aquí se
pusieron al lado de cJlos dos va–
rones con vestiduras blancas
3,
11
Que les d ixcron: ¿Varo–
nes Galiléos , por qué estais mi-
5rando al C ielo ?
cst~
J esus , que
de vuestra vista se ha subido al
Cielo , así vcnd rá
4 ,
como le ha–
beis visto ir al C iclo.
12
E ntónces volvil!ronsc a J e–
rusalem desde el monte llamado
del Olivar, que está cerca deJe–
rusalcm, camino de un Sábado
s.
13 Y quando entraron, subie–
ron al cenáculo
6
,
en donde mo–
raban P edro y Juan , San tiago
y
1\pdrés , Phelipe
y
Thomás , Bar·
tholomé y Mathéo ; Santiago
7
de
con la misma magestad a juzgar al mundo.
s Lo quc.;c
pul.dccaminar en dia de
Sábado , o una grande milla , que cqui–
valia a mil pasos
~eométricos ~
segun la
dpinion de Jos Jud!Os_. Otros extienden es–
t-11
distancia a mil
y
quinientos pasos
geo-
métricos.
·
6
En
la
parte superior de la casa don–
de los Hebreos , e igualmente los R oma–
nos , tenian espaciosas salas para celebrar
sus convites.
7
Hijo dcAiphéo. Este genitivo de los
Orientales denota unas veces
!liJo
,
erras
hermano.
"