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e
4
LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES.
multis a rgurnentis, per dies qua–
draginta apparens eis, et loqueas
de Regno Dei.
4 Et convescens • , praece–
pit eis ab Ierosolymis ne disce–
derent , sed expeétaren t promis–
sionem P atris
b
,
quam audistis,
inquit , per os meum:
5
Quia Ioannes quidem ba–
ptizavit aqua , vos autem bapti–
zabimini Spiritu Sanéto non post
multos hos dies.
6 Igitur qui convenerant in–
terrogabant eum, dicentes : ¿Do–
m ine , si in tempore hoc resti–
tues Regnum Israel?
7 Dixit autem eis : Non .,
est vestrum nosse tempora vel
rnomenta , quae Pater posuit in
sua potcstate:
porque S. LucAs, que es su Autor , refie–
re aquí el estítblecimicnto
y
Jos progre–
sos de la Religion Christiana por la pre–
dicacion de los Apóstoles ,
y
particular–
menrc por Ja de San Pedro
y
San Pa–
blo.
' T ales fueron las de c:1minar , h! –
blar, comel' , beber, dexarse tocar....
'1
I nstruyéndolos en todo lo que de–
bían hacer para el establecimiento
y
go–
bierno de las Iglcsi:ts. Este es el origen
de las Tradiciones Apostólicas. Todo
IQ
que
ha
sido creído )i,Obscrvado en "todos
los tiempos
y
por todas lat I glesias ,
y
que no está distintamente declar:tdo en
las Escrituras , viene de los Apóstoles ,
y
P~tconsiguiente
de Jesu Christo ;
por~
que los
A
pósroles no enseñaron ni esta–
blecieron unánimemente , sino lo que
ha–
bían aprendido
y
oído de su divino Maes–
tro.
3
T. Gr.!,
uvv"~'~ÓJ«Yo4', :mp
~nm.uraú~
Toi'
,y
jmztdizdolo's , les
intimó.
•
L a promesa
:
esto es , el Espíritu
n L uc. zz¡y.
49·
Iomm. xrv.
~6.
con muchas pruebas', aparccién–
doseles por quarenta dias , y ha–
blándoles del Reyno de Dios •.
4 Y comiendo con ellos •,
mandóles que no se apartasen de
Jerusalem , sino que esperasen la
promesa
4
del Padre, que oísteis,
dixo, de mi boca:
5
Porque Juan en verdad bau–
tizó en agua, 1nas vosotros screis
bautizados en Espíritu Santo
s,
no mucho despues de estos dias.
6 Entónces los que se habian
congregado preguntábanle , di–
ciendo: ¿Señor, sí restituirás
6
en
este tiempo el R eyno a Israél?
7 Y díxoles: No toca a voso–
tros s¡ ber los tiempos o los mo–
mentos , que puso el Padre ea su
p~opio
poder
1
:
'
Santo prometido por el Padre.
s
Screis purificados por
la
virtud
del
E spíritu Santo; que os llenar:t de su fUer–
za ,
y
de la abundancia de sus dones
cc-
1esriales.
M ARC. l.
8.
6
T. Gr.
cl:ni(5C.·Ih..-~rff4'
.••
T(,;
¡.,.,~~~~A;
restituyes.... a Israel?
Estaban aun lleno'>
de la, f.<tlsa idea del R eyno temporal del
Mess1:ts ,
:MATTH.
xx.
21.
y
no la dexaro
1
h:tsta que el Espíritu Sanro vino sobre
ellos. Por esto le preguntan , si restable–
cería
a
Israel en el Reyno , de que le ha–
bían despojado lrerodes
y
los Romanos
entendiendo tal vez del Reyno rcmporaÍ
y
terreno lo que está escriw en
D A–
N IEL VII.
27. del espiritual del .Mcs–
sías.
1
No dcbeis pretender vosotros en–
trar en los secretos
y
consejo de D ios
vuestro !ladre , queriendo conocer los
momentos que riene señalados p:ua
la
exe~
cucion de sus eternos designios ,·que de–
penden absolur:unenrc de su voluntad
y
poder.
b .A1atth. rrr.
1r.
Mnrc. r.
8,
Lu~.
I 1 I .
I,Ó.
I ut1Jlll.
I.
26.