SAN MAT HE O.
nae ignis.
' rá reo del Infierno del fu ego '.
23
Si ergo off'ers munus tuum
23
Por!o qual si fueres a ofre-
ad altare, et ibi recordatus fue-
cer tu ofrenda al altar ,
y
allí te
ris quía frater tuus habet ajjquid
acorda res que tu hermano, tiene
~versum
te:
alguna cosa contra
tí :
24~'nque
ibi munus tuum
24 D exa allí
tu
ofrenda ante
ante altare , et
v~.-~
·
. re-
el altar ,
y
ve primeramente a
C<(nciliari fratri tuo : et
-~
reconciliarte 'co.n tu hermano;
v(j1iens off'eres munus tuum.
-y
despues vendras a ofrecer tu
ofrenda '.
25
Esto " conscntiens adve¡:-
'f,:
Acomódate Juego con tu
sario tuo cito dum es in via cum
con'iitario
4
,
miéntras que estás
~__,
te constaba de setenta
y
dos Jueces o
veinte
y
rres, segun lacalidad de
l~s
causas,
que condenaban apena capital. E l segundo
que aquí se nombra
J tJicio,
era un
Tribunal
.ruba/tenzo,compuesro de rres Jueces , del
qua! se apelab:t al Concilio o Synedrio.
1
't::::(.:J
tt- >a
Gehimzom;
esto csJ
Valle de H imzom.
T ambien se llamaba
"C:::::=),-;:1
;:1 -
f
~
_.,
.i;
Gevenhimwm,V
a–
l/e
del
hiJo dr: H imzom.
Era un sitio, segun
S.GER6NYMO
in1l1atth. x.
28 .
cerca de
Jc~
rusalem al pie del monte Mória. En él ha–
bia un ! dolo de Moloc, a quien sacrificaban
Jos Israelitas sus
propios hijos ,
~uemándo
Ns lastimosamente ;
y
de aqm se aplica
csre nombre al fuego
y
lugar del Infierno.
De
lo dicho se puede ilustrar este
lu–
gar , que al parecer es bastante obscuro:
y
para esto
scguirem~a
SAN
A
GUST IN1
de Serm.
D om.
in
monte
L ib.I
1.
Cap.rx.mmz.
22.
et seq.
Se deben observar , dice
el Santo , tres grados de faltas
y
de casti–
go.·.
El
primero es , entrar en cólera por
un
movimiento interno del corazon ; pero
sin producirla fuera. El segundo , decir
alguna palabra de desprecio , que mani–
fieste
la
alteflcion y movimiento interiQ_r.
E l tercero , quando ciegos ya de
la
ira,
prorrumpimos en p_?.labras injuriosas con–
tra nuestros hcrmartos.
A
estos tres grados
diferentes de pecados, corresponden otros
tres géneros de castigos.
l\)
primero en
el
J uicio
,
en don
lugar al reo
para defenderse
a luz
H~l
Conci-
lio
,
en el
qu~
se
1
~
•
uy ;-._:,e
del gé-
nero
d~ e;~
o
que~
g
'é
al delin-
Luc. x¡¡.
¡ 8.~~ ~ "
''-
qiient .
El
tercero dene ya cierta la con-
denacion ,
y
determinado el castigo
y
sin
apela~ion.¡:>uesto que
el culpado esconde–
nado al fuego del Iitfierno.
Do
todo lo qual
hemos de concluir quánro nos conviene re.–
frenar los primeros movimientos de
b
ira.
2
MS.
A emienda de to ermmzo.
3
N o hay duda alguna , que tenemos
obligacion de exccurar a
la
letra csrc man–
damiento del 1-Iijo de Dios quando se pue–
de; porque sino nos es permitido ayrJr–
nos contra nuestro hermano , despn.:ci:u·lc
e injuriarlc , mucho ménos nos sed con-.
servar en nuestro corazon algun resenri–
mien..o contra él
,
de manera que nuestl':'!.
prim ·a
indig~a~ion
se convierta en odio.
D . A
..
ps1·.
tb1d. Cal/:.
I X .
mlm.
26.
4
:!
c~onfirmacion d~ l~
doél:rina gue
precede
y,
1
Señor hace aqm alusion a
dos
que pley ..an ,
a
quienes es mas útil com.:...
ponerse
ligablemenre , que esperar
la
sentencia ,
;:1
Juez ; porque este
had
po–
ner en pri .)n al deudor hasta que paouc
:último maravedí.
.El
Seilor nos cxhgrr,
1
eficazmente
'a
la union y concordia. Este
cont·rario
es nuestro próximo ,
a quien
he–
mos ofendido o de quien hemos sido ofCn–
didos ; y
con este
nos manda el Ilijo
de
Dios,
acomodamos p rontamtmte miéntras
estamos
con
él
en el
camim.
Esto es,
mién~
t~as
estamos aun en esta vida ; porque el
ttempo presente es el de la reconciliacion,
y no podrá encontrar paz delante de Dios
en la otra
el
que no puso todos Jos médios
posibles par.!'t
tenerla con su hermano
miéntras viyi/ sobre la tierra.
,