CAPITULO XIII.
371
diré que el Reyno de Dios es se–
mejante?
simile aestimabo reg num Dei?
2 1
Simile est
ferm~nto,.quod
acccptum mulicr abscondit in fa–
rinac saLa tria, doaec ferm_l!nta–
recur totÍlm.
22
Et ibat per C ivitates et
Castella docens , et iter faciens
in Jerusalcm.
23
Ait autem
illi quidam:
¿Dil:nine, si pauci sunt, qui sal–
vantur? Ipse autem dixit act..: Jos:
24
Contendite • intra re per
angu tam portam : quia mu!ti,
dico vobis, quaerent iotra
, et
non pote.-unt.
¡,
25 Cum • autem intraverit pa-.
terfamilias, et clauserit ostium,
inci pietis foris sta rc, et pulsa–
re ostium, dicentes : Domine,.
apcri nobis : et respondens di–
cct vobis: Nescio vos unde si–
t is :
26 Tune
incipietis dicere:
Manducav imus coram te et bi–
bimus , et in plateis nostris do-
cuisti.
·
27 Et dicet vobis ' : Nescio
vos unde sitis
d :
discedite a me
omnes operarii iniquitatis.
28
I bi erit fletus ,
~
stri–
dor dentium
:
cum videritis
' MS.
Fasta
'1""
liebda todo.
T. Gr.
i)4.('~!í,
se !etHmtnre.
J
T. Gr.
x.~~a,
xÚ!:tt,
Seíior, Set1or.
S.
MATIIRO
xx:v.
10 .
"
4
Aunque estas palabras hablan gcne–
T.limcntc con todos los discípulos de Jesu
hristo , parece que miran particularmen–
te .a los jud1os,
que
lrabi~m
comido
y
be–
bi.lot'll
su prcseucia
quando Jos alimentó
enel
Jesic:rto
mibgrosamenrc,
y
quando
en di,•ers.1s ocasiones le convidaron a co-
a
J'fatth.
VII.
IJ.
b
.i\/.1ttf1. XXV.
l e¡),
Tom.I.
21
Semejante es a )lna levadu–
ra,que tomó una muger,y Ja escon–
dió en tres medidas de harina,has–
ta que todo quedase fermentado'.
22
Y
iba por !as Ciudades
y Aldéas enseñando , y cA –
nando hácia
J
erusalem.
23
Y
díxole un hombre: ¿Se–
ñor, son pocos los que se
salvan~
Y.
él
les d ixo a ellos :
24
Porfiad a entrar
puerta angosta : porque
que muchos procu rarán
y .:t.o podrán.
por la
dígoos,
entrar,
.
25 Y quando el padre de fa–
"milias hubiere entrado • , y cerra–
do la puerta , vosotros estaréis
fuera,
y
cómenzaréis a llamar a la
puerta,.diciendo : Señor
3 ,
ábre–
nos : y él os responderá, dicien–
do: N o sé de dónde sois vosotros:
26. Entónces comenzaréis a
decir : Delante de tí comimos y
bebimos , y en nuestras plazas en-
señaste
4 •
•
27 Y os
di~á:
N o sé de dónde.
sois vosotros : aP,artáos de mí to–
dos los obradore¡ e la iniquidad.
28
Allí
habr'
lloro , y bati-
miento de dientes: quando viéreis
mcr en sus casas. Tambicn los
ha!Jia en–
.señado
y
enseñaba todos los dias en sus
plazas públicas
y
Synagogas. Pero al mis–
mo ¡¡iempo los dcscngaóa , diciendo , que
todo esto de nada les aprovecharia por no
haberle querido rccgnocer por su Salva–
dor. ¿Y qué pueden esperar los Christia–
nos , si mas favorecidos de Dios que los
Judíos mismos, n escuchan a D ios quan–
do los llama , sir.
ue desprecian sus a
vi..
sos
y
conflltos?
Proverb.
I.
24.
e M att/1.
VII.
23.
t i
.rxv.
41.
á
Psa/m.
VI.
9·
Aaa
2