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~6

ADV E RT E NCI~

toles , que tambicn escribió , dexándonos en duda , si con este nomb;e quiso señahr al

guna persona particular, o bien

al que ama n Dios

,

qu_e es el significado de la voz

Theophi!o.

Predicó la fe en la Dalmácia, en las Gálias , en la Italia

y

en la M.acedonia:

y

Cll

estos cxcrcicios llegó hasta la edad abanzada de ochenta

y

quatro años. Le llaman Már–

ty¡

muchos Autores Antiguos

y

Martyrológios: pero no consta qué género de

many–

rio padeciese. Su muerte segun el testimonio de San Gcrónymo , sucedió en b Ac:l:)'a,

de donde fueron trasladadas sus reliquias a CoJ tantinopla en el Imperio de Constancia.

Nicephoro

1

y

Mctaphrastes

~

afirman , que Sari Lucas fué

Wl

excelcme Pintor ,

y

que dexó

varia.~

Imágenes del

SalVad~

y

de su Sae.tísima Madre pintadas de su mano. ·

E sta opinion la adoptaron despues Baronio , Sixto Scnense , Toledo , Belarmino , Po–

sevino

y

otros muc.hos ilustres Escritores. Pero otros Críticos modernos, Calmét , Ti–

llemoot , los Bobndos ,

V

~lcsio,

DUoPin,

Scrr~j

otros inumcrablcs

hace~

ver , que

de ningun modo debe seguirse ni abrazarse esta opinion. Pudo tal vez dar ocasio.n a es–

to un Pintor Florentino , que floreció en el siglo

XI.

llamado Lucas

:el

qual siendo do

vida exemplarísima

se

alzó en

la

opinion

y

boca de todos con

el

renombre de S:uuo.

E ste para pintar las Imágenes

&e

nuestra Señora

sa

preparaba confesándose

y

comulgan-

IL

do ,

y

no recibía dinero por su trabajo. Las pruebas principales-que se alegan contra la

opinion sobredicha son, primeramente el silencio de Sa1l. Pablo , el qual no hubiera dc–

:x:tdo de decl:trar esta circunstancia, que le hacia tan recomendable, como declaró la de

que exercia la profesion de Médico

3 •

E l mismo silencio se oDscrva en todos los Escri–

tores de los primeros

sigl~s

hasta Nicephoro

y

Mctaphrastes , que fueron muy poste–

riores ,

y

que se fundan en autoridades falsamente alegadas. 1v1as lo que al parecer de–

cide este punto es

el

furor

y

locura con que en el siglo

VIII.

se declaró la guerra contra

]as Santas

lm:í.gcne~

Para atajar este furor , se congregó la Iglesia

y

celebró un Concilio

General, que es el segundo Niceno ,

y

en él todos

a~ucllos

Santos Obispos , e ilustres

Theólogos no omitieron razon , que no :tlegasen , para probar

el

uso

y

dcvocion do las

·! m:'\genes ya desde el principio de la R eligion Christiana. ¿Pues qué argumento m11s

propio

y

convincente se hubiera podido ale¡;ar , que; producir las mismas I mágenes del

Saft,¡ador y de su Santísima Madre pinradas por San

Lu~:?

Pero de

~stas

ni una sola

palabra se lec en todas las AEtas de ¡_qucl Concilio, ni hubo alguno que de ellas habla–

$C:

siendo así que asistió :ti Concilio

el

P:ttriarca Antioqueno , en cuya Ciudad se ha–

llab:t , segun el tesLmonio citado de Niccphoro, la Imágen de puesrra Señora, que fué

traslad::tda despucs a Constantinopla. E sta sola razon b:tsra para que no se mire como

una cosa decidida la &Pinion que se ha hecho ya tan vulg:u de que

el

E vangelista

San Lucas fué Pintor.

o

z Uói.supra.

2

Lz vita S. L uc.

J

Co/o¡s.

IV.

I4.