CAPITULO XXI.
II9
!ante ,
y
las que venían en pos de
cedebant , et quae sequebantur,
clamabant , dicentes
n:
H osanna
filio D avid : benediétus, qui ve–
n it in nomine D omini: H osan–
na in aÍtissimis.
r o
Et cum intrasset Ieroso–
lymam , commota est univer–
sa civitas , dicens : ¿Quis est
hic ?
t
r
P opuli autem diceba n
Hic est Iesus Propheta a N a-
zareth G al ilaeae.
.o
12
E t intravit Iesus in tem–
plurn Dei , et
b
eiiciebat ornnes
vendentes et ementes in
tiCm–
plo ; et mensas numuJariorum,
et cathedras vendentiurn colu m–
bas evertit:
13
Et dicit eis : Scriptum
est
e
:
Domus mea dornus ora–
tionis vocabitur : vos autem fe–
cistis illarn speluncam latrom,Im.
14
Et accesserunt ad eurn
D ios excitó en el corazon de estos pue–
blos. La palabra
H osanna
se interpreta
salud, gloria, ftliz suceso.
Otros
la
ex–
plican de otros modos.
f
¡Qué gritos tan diferentes son estos!
Bendito sea el que viene en el no¡¡¡bre del
Señor;
y
quítalc, quítale;
cruci~alc,
ex–
clama
SAN B ERNA ROO
D omiu. Palmar.
Sfrlh.
rr.
n.
4·
¡Qué cosas tan
contrari:~s!
reconocer a Jcsu Christo por
R ey
de
fs–
rad,
y
decir despucs :
No.sotros no tenl!–
mos otro Rey que Cnar.
¡Q~
diferentes
son esros r:unos
y
palmas verdes que lle–
van ahora en bs manos , de las espinas
con que pocos di:.s despucs le coronaron,
y
de la cruz en que le clavaron ! ¡Qué
oposicion tan grande , emre despojarse
ahora de sus propios vestidos para tender–
Jos por donde pas:.ba
el
Señor
,
y
desnu–
darle dcspucs de los suyos de b manera
mas ignominiosJ ! Tal es el caudal que se
puede hacer de la estimacion de los hom-
a Psa/m. cxvrr. 1.6. Atare.
XI.
9·
L uc.
XIX.
;8.
b
loan.
II.
14.
' él, g ritaban, diciendo ' : H osa n–
na al Hijo de D avid: bendito
el
que viene en el nombre del Se–
ñor: Hosa nna en las alturas.
ro
Y
quando entró en J e–
r usalem , se conmovió to
a
Ciudad ,
dicii2Jl,¡j,¡¡"""'~~~!81!11
te?
'
:;.;.-""'"'l~"o'"s-pueblos
decia n: Es-
te es J esus el Propheta de Naza–
r.Jtb de Galilea.
r
2
Y entró J esus en el Tem::
plo de Dios,
y
echaba fue ra to–
d~s
los que vend ian
y
compraban
en el Templo;
y
t rastornó las me–
sas de los cambiadores,
y
las sillas
de los que vend ian las palomas :
13
Y díxoles: Escrito está:
Mi casa casa de oracion será lla–
mada : mas vosotros hicísteisla •
cueva de ladrones ' .
14
Y vinieron a él ciegos ,
y
bres
,
y
de todos los vanos aplausos de
es–
te siglo.
•
1
SAN
G .eRÓNYMO
dice , que los Sa–
cerdotes haciendo un tráfico indigno de
su ministerio , vcndian al pueblo lo mis–
mo que éste les
dal~1.
, dcsp
ucs d!! haberlo
comprado para ofrecerlo al
Seií.or.Otros
l nrérpretcs han creído , que
solamente al–
quilaban
el
átrio del Templo ;
y
que este
comercio , aunque de cosas que habian .
servir para los sacrificios ,
y
para ser ofre–
cidas al Señor , no se hacia sin injustici:.,
sin mentiras
y
sin fraudes. Y que por es–
to era indigno de la santidad de su minis–
ter1P> , por la avaricia , mala fe, confusion
y
alboroto que babia en el lugar desrina-
~:c~;~c~~n;cndc~/::r1~i~:~~rr:~ ~~~~~s;~r~
din;uia , sino como un efcél:o de b omni–
poréncb de aquel. Señor que quiso obrar
enrónces
1
como hombre , sino como
Dios. Un
mbre solo armado de
ui1
azo-
e
Isai.
L VI .
1· Ierem.
VII.
1 1.
L uc.
XIX.
46.