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.SA N

JYI

AT H EO.

bris, dicite in ]umine : et quod

nieblas , decidlo en

la

]U?. :

y

lo

in aure auditis, praedicate super

que oís a la oreja , predicadlo so-

teéta.

bre los tejados '.

28 Etnolite timereeos,quioc-

28 Y no temais

a

los que ma-

cidunt.J;2a>us,animam autem non

tan el cuerpo, y no pueden ma-

JWSsuntoccidere:

s~us

time-

tar el ánima : temed ántes al que

te eum, qui potest et animam et

puede echar el ánima y

el

cuer-

C()rpus perdere in gehennam.

"-.

go

en el infierno.

29

¿Nonne a duo passeresas-

~,;

29

¿Por ventura no se ven-

se vaeneunt ? et unus ex illis non

den .dos paxarillos por un quar-

cadet super terram sine patre ""'-

to

l;?.r

uno de ellos no caerá so-

stro.

bre la tierra sin vuestro padre.

30 V estri autem capilli capi·

30 Mas los cabellos de vues-

tis omnes numera

ti

sunt.

l

tra

¡;_~beza

estan todós contados.

31 Nolite ergo t imere , mur-

31 Pues no temais , porque

tis

passeribus meliores

estis

mejores sois

vo~tros

que mu-

vos.

chos páxaros ' ·

32 Omnis

b

ergo qui con-

32 T odo aquel pues que me

fitebitur me

coram

homini-

confesa re delante de los hom-

~

bus , confitebor

et ego eum

bres , Jo confesa ré yo tambien

coram Patre meo, qui in Cae-

delante de mi Padre, que está

~n

lis est.

los Cielos.

·

33 Qui autem negaverit me

33 Y el que me negare de-

coram hominibus, negabo et ego

lame de los hombres , lo nega-

eum coram Patre meo , qui in

ré yo cambien delante de mi Pa-

•Caelis est.

dre, que está en los Cielos.

34

Nolite arbitrari quia pa-

3N,

No penseis que

vine

a

cem ven.erim mi w;re in terram:

~et

\ paz ' sobry la

t~erra

: no

non vem pacem 'llrttere, sed gla-

vrne

., meter paz , smo espa-

dium.

da •.

·

~

'

Lo

que os he enseñado en parricu–

Jar

y

en un rincon de laJudea , ptedicadlo

con libertad por todas las Ciudades

y

por

todo

el

mundo.

SAN

H u

ARIO.

:~.

Si dos paxarillos que son de tal\,vil

precio

,

no dcxan de estar baxo de una

particular providencia

y

cuidado de Dios:

¿cómo vosotros , qhe por la naturaleza de

vuestra alma sois eternos , podreis temer

que no os. mire

c~n

.

~~rticular

cuidado

aquel a qmen respe

· omo a vuestro

Padre? S. Gnll.6N

o.

r

3

La

paz

que el mundo d ;.·'·a

,

la paz

terrena~sa.

'

"'ffl"[flor.

XXVJI.J5· I J.

/g.

XIV.

11.

4

l a palabra del Señor , es llamada en

c.:

a

Escritura

uua rspada espiritual , ad

Hebr. rv.

~'2.

una espada de dos cortes,

que

alcanza /1asta dividir el alma

,

las

coyutzturas)' tuétanos

;y

qrw

discinue los

pensamientos

y

las iutwciones

del

corn–

zon. E sta es la espada ,

dice

SAN H ILA–

RlO

in

M atth. Ctm.

X I"V. 1llf11I.

22 .

que

el

Hijo

de

D ios vino

a

traer sobre

la

tierra

quando por

.m palabra viva

y

eficaz ,

co–

mo

la

llama

~an

l'ablo

,

produxo estas

grandt:s

separaciones de que se habla aqui;

permitiendo ,

que en

l:ls mismas familias,

los que abr{¿aban

la

fe ,

tuviesen

por

ene-

b

.Afarc.

V I 1I.

JS.

Luc.

JX.

26. r&

X.I 1.

8.

I·r .

Timoth.

1 r .

12 ,