Como era tán notorio su extraorcÍinar_io mei·ito;·
y
tan
bien Ja eficacia de sus saludables consejos, llegó' á _ser el anr 1
de paz que serenaba la inquietud de los animas é
inspi~a
concordia en los enemistados.
Siendo lo mas riotable, que á
las veces se le revelaba Ja disension secreta de alg"1na familia,
J
decJ:Íranc!O
a
las personas Ja discordia que tenian, las l:eCOR•
ciliaba con la dulzura, solidez y uncio& de sus palabras. En–
tre muchos casos de esta naturaleza, referiré el' qué sucedió
con sµ hermana.
·
1
flallabase esta con sus
~ijos
y
marido en un·a hacienda
ri.
media legua de Lima, donde estuvieron por récreq algunos'
dias. En uno de ellos se disgustaron los· dos esposos por un
motivo
leve. Al disgusto se sig\lÍeron la alteracion y el'.
enfado, y presto participaron los hijos de la molestia y con.–
mocion de los padres. Resolvieron al punto volverse
á
¡a ciu–
dad, y mandaron que se ensillasen -las bestias!
·En es
tas cir–cunstancias se presentó Fray Martín en la
H~ciei:ida
con.unbáculo en la mano, llevando pan, vino, fruta
y
otros rega–
los;
y
saludó
á
la familia en estos términos:
"Lapazsle Dios
sea en esta casa.¿ Qué hay hermanos?
¿Vosotros solqs r¡ueriais,
dive1·tiros?
Yo vengo tambien
á
entretenerme
y
regalarme."
Refirioles luego el disgusto que habi an tenido,
y
Ja causa que
lo había motivado;
y
reprendiendolos fratetnalmei:ite, recon–
cilió
á
los consortes,
y
dejó
á
todos absortos, considerando
que naturalmente era imposible el qne hpbiese ten.i,do noticia
d". la indisposicion de sus animos. Acompañólos hasta: la no–
che,
y
se retiró diciéndoles que iba
á
dormir en un cerro in–
mediato. Volvió muy de mañana,
y
despidién<lose de todos
les dijo que regresaba
á
su convento.
Di~ulgóse
despues este
suceso;
y
habiéndose sabido por declaracion de los enfermos
y
asistentes de la enfermería, que ni en
l~
tarde en que Fray
·Martín estuvo con sus hermanos en la Hacienda, ni en la no–
che siguiente se había separado de la enfermería, habiéndole·
visto todos con la puntualidad acostumbrada, alabaron
á
Dios
por tan singular-maravilla.
Pero nada prueba el ascendiente que tenia este Siervo
de Dios sobre los corazones, como la facilidad con que paci–
ficaba
á
los Religiosos inquietos
y
discordes, cuando cumplido
el periodo en que debe gobernar un Prelado, se congregan
los vocales en
I&
sala de Capítulo para elegir al que reputan
mas
a
proposito, pues todos saben que en ese tiempo suele
turbarse mucho Ja paz en las Corporaciones Religiosas. , Es
-verdad
que
no
fal~
entre ellos, quienes conociendo
el
enor-