-128~
las ocultó dentro de sus calrones. Despidióse del S iervo de
Dios luegn que este enttú en la_celda; mas apenas había salido
de i}la, cuando lo llamó Fray l\llartin y le dijo.: "Vuelva á la celda,
y ponga en su lugar las sabanas que lleva en los calzones,
por
'.'. que los er1fermos tienen mucha necesidad,_y poca
rop~."
E.íe–cutólo así
el
seglar, srnt1endo que se hubiese descubiert
o el
hurto.
Ncc~sitando
all.!:un diñero una hermana de Fray Martin
casada, y no queriendo pedirlo
á
su esposo, mandó hacer una
llave· para abrir el esaritorio donde estaba la plata.
Eneonti-ó
el Siervo de Dios
á
su hermana al dia sigúiente de tener la
· . !la-ve, y la reprendió de esta manera: "Hermana lnia, ¿como
,, ha h
0
erhn una cosa tan mala, cual eS' tener llave parn sacar el–
" dinero de su mari'do?"
"Arroje la llave;
y
c.uando te11ga ne–
"
ccsidad , ocurra
ú
n1í,
qtJe
la socorreré mientrás viv iére."
Quedó atónita la hermana, porque no podía naturalmente ha–
berse descubierto su secreto.
El Doctor Don Baltasar Carrasco de Orosco, muy ama·
do del S iervo de Dios,
y
de quien recibía saludables
c~nsejos
para el.gobierno de su casa, y para que tolerase con paciencia
las molestias que le ocasionaba su familia; habiendo tenido un gra–
vísimo disgusto, se IUé al convento del Rosari-o, para serenar su
anime basta utemente irritado. Al entrar por la porteria. lo1vió el
~iervo
de Dios,
y
sin que Carrasco le dijese nada, lo llevó al Ca–
pitulo, y mostran<lole la imajen de Cristo crucificado,
I©
dijo lo
siguiente: ¿"Como alcanzó este S eñor ta glciria' y.'ln 'eb ltacion
,, de que goia?
¿No sabe que por !·os tormentos sufridos en
, la .Cruz?
Imítelo en sus trabajos, si quiere
• parti<~ipar
de sus
;,
g!oiiias."
,
..
Estando para celebrarse una fiesta muy solemne en esta
ciudad, deseo una sobrina de Fray Martin, tener un manto nuevo
para asistir
á
ella. Apenas habia dos horas de concebido este
deseo, entró un moreno
á
la casa de parte de su tio, lle\'ando
ocho mantos, para que escojiese su sobrina el que le agradase,
y
se lo pusiese el dia de la fiesta.
Recibió el obsequio asom–
_brada, pues no habiendo comunicado
á
nadie su deseo, solo pudo
saberlo porque Dios se lo hubiese revelado.
Siendo Catedratico de artes en el Convento del·Ros-ario.
el S eñor Doctor Fray Francisco de la Cruz, esperimentando
desp\Jes de una penosa
ta~ea
literaria, dolor
•y
mucha 'flaqueza
de estomago, le pareció que •se aliviaría tomando mazamorra
d_e chuno. S e. la puso
dela_n~e
Fray Martin,
y
le dijo: .'"¿Coine–
fª
V. P. un poco de churto?
~
Contestole·que si, 'adqu'rado de}
prodijio,
porque
f\
m1di~
hnbia coml.lnicado
su
apetito.
•