la que
1-lO
<lió su pase el Virey Conde de Lemus.
llluerto este,
Je dieron posesion del empleo, los rclijios1Js del convento del
Rosario, de la Recoleta y Santo Tonrns,
é
inmediatamente se
le condujo preso al convento de Son Francisco, por Decrc'"'' riel
Rea l Acuerdo;
y
á
pocos dias se le intimó lti órden de que foese
ul convento de Huanuco, sin permitirle sa lir de él, ni entrar al
del Rosario, antes de partir aJ con vento adonde ern confinado.
Allí permaneció hasta su muerte, publicando la santidad de Fr.
Mal'tin, y llomndo contrito Jos injustos improperios con que lo
babia vejado, Fueron tambien muchas sus profccias de cosas
presentes pero ocultas.
V iendo una sefiora acolitando Misas en la Iglesia del
Rosario
á
su hijo Fray Andres de Ulloa, corista recien profeso, Je
pregun tó, ¿si necesitaba alguna cosa? y contestandole que zapu–
tos, porque eran viejos, y estaban rotos los que tenia, or–
denó Ja- mad re
íi
una criada, que comprase zapatos en Ja
tienda mas inmediata, y habiendolos llevado
'y
entregado
á
su
ama, los dió esta
á
su hijo, quien los ocultó bajo c!e su ropa sobre
ni pecho. Acabadas las Misas, se reti1•ú el corista al Noviciado
a
las onee del dia, al misnie tiempo que salia Fray l\fortin de la
celda del
R.
P. M. Fr•.Miguel <le Leon, que estaba frente al novi–
eindo,
y
llamando al corista Fray Amires, le dijo; " Los zapatos
" 4ue lleva en el seno, no son de la relijion." Negolo el corista,
y
entrnndo entonces el Siervo de Dios la mano en el pecho de
'F ray An<lres, ' e los saco. Disculpose el corista dicienc;lo, que se
los habia
dado'~u
madre, porque estaban rotos los que se habia
puesto. S'acó Fray Martin al momento de su manga un par de
?apatos de zuela, acomoclac.los á los pies del corista, diciendole ni
mismo tiempo:
'•Pongase estos, que
á
mas de estar proporcio–
»
na<los para sus pies, son los que debe calza!' como relijioso
" profeso. Con los otros será socorrido algun pobre." Al ,·eu
¡;isto.otro corist<1 que estaba presente,
y
que hal;iía acolitado l\'li–
sas,,con Fra)L Arw:lres, c;lijo al Siervo de Dios: ''Mulato brujo.
" ¿oorno supiste a ue i:ni,cornpnñero teni a Jos zapatos en el seno?"
Fray. Martin sin contestarle se
fué
riendo, y celebrando el insulto
del corista.
As istienc!o una sobrina de Fr. Martín, á su primer marido en
compafiia de su 1;iadre, ocurrió un motivo leve por el que se
disgutó la suegra con el yerno, y tambien·con su hija, porque est·a
se1declarnba
á
favor de s11 esposo contra el parecer de Ja madre.
Ho.bjeodo
~Ido
sGlo entre los tres esta domestica disension, reci–
bieP©n luego un papel de Fray Martín, en el que les decia, haber
sai;>ido el disgusto que habian t¡mido, porque su sobrina había
de·