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iídad de Fray Martiu,
y
pasados muchos aiios, declaró el mismo
este caso q11e consta del sumario. [a]
Cuando el Señor Don
F.
Cipriano era Corista,
fué
con
otros de su_ edad, un_a _!a rel e despues de vispcras
á
Ja ccid: de
Fray Martm, y le pidieron que les diese una merienda. Re–
cibiólos con agasajo,
y
les dijo que se esp!)rasen, mientras les
p_r_epara~~
lo que apetecian.
Los Coristas con la inquietud de
ninos, rejtstraron la celda, abrierou 'un cajon donde había alguna
fruta, y la comie_ron. Uno de ellos vió tambien un peso
de
plata, que no habian reparado sus compañeros, y sin que estos lo
ad.virtiesen, sacó el peso,
y
lo ocultó dentro de su zapato. Vol–
v10
Fray l\fartm eon muchas golosinas,
y
dandolas
á
los coris–
tas, les dtjo: "Ea hijos, marend11d: hicisteis bien de comer la
,,frnta, pues era para vosotros," Volvióse luego al Corista que
habia sacado el peso, y hablóle en estos términos: "Poned aquí
,, el peso que tomasteis, ptles no es vuestro y tieAe dueño."
Quedaron todos sorprendidos; pero negó el corista haber toma–
do la plata.
Sonriuse
el
Siervo de Dios,
y
J,e
dijo: ." Sacad el
,, peso del zapato, que no está bien ahí la Cruz de J esu-Cristo."
No pudo resirtir mas el relijioso, y sacó inmediatamente él peso,
lo que asombró á todos como era regular.
Pidió un seglar enfermo á Fray Martín, que lo sangrase
en su celda.
Hiz@lo nsi caritativamente,
y
habiendo salido
afuera un rato, viendose solo el sangrado, tomó unas sabanas,
y
[a] ' El P. Melendez en el tercer tomo de su obra titulada,
Tesol'Os ve1·daderos. de las Indias, hablanrln del do.n
de
profecia
concedido
á
Fray Martin, dice que la carta
fué dirijida
á
Fr~y
Juan Gomez, relijioso lego del convento
gra"
ll.dede
.San.
Francis–
co, cuya ejemplarisima vida se lee en la Ornnic" de d1c/1a Orden
Franciscana en el P erú. Sin duda
se
equfoocó el co1'responsal
de,l Padre Melendez,.cuando este imprímia su obra
e~
R oma; y
como esta se publicó en el a·ñc
I ü82,
y
la Declaracion yudic1al del
mismo conductor de la cai·ta,fué hecha en
1686,
cuando tendría
mas de sesenta años rle edad,
y
habiendo co,.rido cuarenta
y
siete
despues de muerto Fray Mai·tin; es evidente que el ye>TO del pa–
dre Melendez
fué
ocasionado,del que le comunicó este suceso.
Y
pai·a que no pueda dudarse de
la
persona
a
quien escribió la
carta, debo decir teniendo
á
la vista dicha Declaracion,
q~
cua–
tro .veces nomb1·a en ella el declarante,
á
Fray Juan. Masias, i·e–
lijioso de la Recoleta Dominicana, añadiendo que los dos con–
ventos el del Rosario
y
el ile Za R ecoleta,
estrm
~n
una
misma
direccion del Se-¡¡tentrion al Medio
dia.