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,4RTICULO 5.

0

Sus E xtasis, Raptos

y

Elevacion

dfl

cue1pp.

., Estos son tres grados de omcion sobrenatural

y

sublilI'~e.,

en los que el alma iluminada por una luz infusa

y

abrasarla en

puro

y

ardiente amor, sale como fuera de

s1,

y

se en_aJena de tal

modo, que ni percibe ninguna impresion de los sentidos ester10-

re•, ni de lu irnajinacion, ocupada írni«amentc en comtempl_ar al

Divino objeto que la excita

y

atrae. Mas aunque esta definic1on

convenga

ú

cada uno de estos grados, difieren notablemente

entre si por otros respectos. En el extasis el alma es atrnida

.suavemente en el ejercicio de la contemplacion, sin que padezcan

tormento los sentidos, aunque no reciba ninguna impresion de

los objetos; en el rapto al contrario, la atraccion es violenta,

y

el

alma sorprendida por el poderoso impulso que de improviso la

anebgta cuando menos Jo esperaba, se espanta

y

estremece

ignorando si es llevada

ú

poseer en el cielo perpetuamente

á

su

amado, aunque su cuerpo permanezca s'óbre la tierra: pero

cuando este se eleva sobre ella, ni sus miembros padecen, antes

bien se vigorizan

y

adquieren mas cspedicion para el trabajo,

ni el alma se turba

y

ajita como en el simple rapto. Pero debe

saberse que esta marivillosa

y

rara elevacion 'del cuerpo, solo

se verifica en almas perfectas; que han sufrido grandes pruebas

con fidelidad,

y

que purificadas como el oro en el crisol, están

unidas intima

y

habitualmente con Dios, cuvo feliz estado llaman

los misticos, matrimonio

e~piritual,

que es cºomo un preludio de

ta Eterna Bienaventuranza.

A fantn dichaofué elevado Fray Mnrtin de un modo in·

contestable. Varias veces se le vió suspenso en el aire algunas

varas

s~bre

la tierra,

y

es creible que antes de ser exaltado. de

ese modo, tendr1a muchos extasis

y

simples raptos,

y

rec1bma

otros_muchos favores de esa especie, puesto que estos

n~

supo·

nen como la elevac1on del cuerpo, que el espirita de quien los

recibe se habia hecho habitualmente uno con el de Dios. Re·

forrré lo que consta sobre esta materia en el proceso de su

&~~ci~

.

,. Dos veces lo vió suspenso en el aire haciendo oracion

con} as rod.illas dobladas

y

juntas las manos, un hombre

á

quien

caMat1vall'!ente habia .hospedado en su celda, porque lo perse–

gma la JUst1c1a. La primera vez que lo vió del modo dicho, fué

en la Ig_lesia con la cara vuelta al Altar mayor,

y

es de creer

que sena de noche. La segunda en su celda;

y

aunque lo lla·

_maba_en alta voz, no le respondia palabra ninguna, paN.cii:ndoJe·

.rnsens1b)~

á sus repetidos llamamientos.

'