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·

,Entrando en su celda a las dos de la tanle otro hombre

l¡ue acompafió algun tiempo al Siervo de

Dio~,

lo ' vió hincado

de rodillas delante. <le _un C rucifij<;>, puestos los brnzos e

11

Cruz,

los OJOS fiJOS en la 1ma¡en;y elevado en el aire. Salió de la

c~ltla

asombr~do,

y habiendo.

encon~~·ado

á Fray F;rnando Aragones,

le refil'lo

!<:'

que habia visto.

DIJO!~. enton~es

I:

ray Fernando, que

no se

adm1ra~e,

que de ese prod1J10 huu1 a sido testigo muchas

,·eces, como el lo seJ'la en

lo succes1vo. Serenose con esto el

hombre, y tuvo el consuelo de ver muchas \'eces á Fray Martin

suspenso. en el

~ir~

del modo dicho. E11 lrc estas merece fJspc–

cial cons1derac10n, lo que observé en una de Jas lomas inmediatas

á la ciudad, donde lo Hevaba con frecuencia Fray l\1ar1in para

sembrar yerbas me(lic111ales. Pues hab1endole oido ro"ar

ú

Dios

c1ue bendijese su sementera, lo vió elevurse en e l

ai~e

mas de

tres

vara~

y media, en cuya altura permaneció hora y media,

hasta que habiendo anochecido, se voh,ió

al

convento con su

compañero.

BuHcole en su celda un relijioso que lo necesitaba, y no

viendole en ella, al tiempo de salir, sintió que le tocaban Ja ca–

pilla que tenia sobre la cabeza. Alzó los ojos y vió á Fray Mar–

tin suspenso en el aire sobre la puerta de la celda, y apretó

con sus manos los pies del Siervo de Dios, <]Ue tocaban Ja ca-

pilla que llevaba sobre su cabeza.

·

Orando en alta noche Fray Pedro de Mcndoza ante el

Altar del Rosario, se sacudió la tierra con un tcmblol' espanto–

so. Atemorizado Fray Pedro, y levantandose ¡Jara salir de la

Iglesia, vió delante de la lmajcn del P atriarca Santo Domingo,

al Beato Fray Martin, hincado de rocliilas C<ln los brazos en

Cruz, elevado en el aire, de cuya barba salia un globo

~

fue–

go que le cubria el rostro y terminaba en la cabeza. . F1,10 mas

la vista, y notó que la imajen se habia inclinado .hacrn el Altar

mayor, volviendo su<!'spalda al cuerpo de

Ju

iglesia. Este pro–

dijio le hizo entender que pues su Patria.rea

Y:

Fray.Mar,tm ro–

gaban á Dios,

nv

debia suspender su orac1on, s1110 urnrse a ello-–

y \'Olviendo al lugar donde estaba, se hincó de nuevo, y conti–

nuó orando, hasta <]Ue el S iervo de Dios bajó de su rapto, que

duró mas de una hora.

Necesitando unos relijiosos

á

Fray Martin, le buscaron

en su celda; y no hallando en ella mas que

ú

un hombre que

~o

ucompafiaba, salió

á

buscarle. Y acordandose de que soha

ocultarse en un lugar secreto sobre el' techo de la iglesia se

fué

á

ese sitio, y vió en e l á Fray Martin orando de rodillas, ele–

t'ado en el aire,

y

con el rostro vuelto al

Aliar

mayor

1

donde__