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'

-90~

0

pernlancciú

~n

el Paraiso, no

necesi~aba

jen1.ir,

porque

entóu.,

" ces wiiclo

á

Dios

y

bañado d« alegria, n

ada tu

rbaba. su con•

,., ciencia: mas estando sus hijos desterrados de esa tierra de.

"

lic

!t

deben

clainar

al cielo para alcanzar por su hu1nil•

"

d ad qt;e

Dios se acerque á ellos, considerando que por la

"

soberb.ia

fo é

abandonado el Padre comun."

F enelon ibidcm:..

A

quien

el

E spíritu-Santo enseña á orar con estos sen·

timi entos, ex.c itando en -su corazon jemidos inexplicables,

el

mi smo bi,·ino E spíritu le inspira confianza de que conseguí•

r a lo que pide por los méritos de

J

esu-Cristo, nuestro me•

diador

y

abogado, sin que ni la menor eluda inquiete

y

turbe

sn confianza, segun aconseja Santiago. Y como lo que mas

..desea es el bien dé su alma, esto .es el reino de

Di.os

en ella

y

su justi cia,

y

para el cuerpo solo pide lo que

le es

absolu–

t amente necesari o; su peticion es en todo acepta

á

Dios,

y

cree que le concederá lo que le pide, porque asi lo promete

en su

.E

vanj elio.

Es verdad que suele Dios retardar su socorro, por e1

mi smo bien del alma que le suplica, para excitar su humil·

dad,

y

para que con siga ser consolada por el mérito ele orar

con perseverancia;

y

por lo tanto, debe continuar orand<'> sin

inqui~tud

ni impaciencia. Merece considerarse atentamente

sobre esta materia, la siguiente doctrina.

.

" Si una alma inocente, desprendida de criaturas,

y

" ªl'licada continuamente

a

Dios, padeciese des>1mparos inte·

" rioxes,deberá humillarse, adorar los designios de Dios sobre

" ella,

y

redoblar con fervor sus oraciones. l\1as qnienes tie·

" nen que reprenderse todos los dias por sus infidelidades_.

;; ¿podrán quejarse con

raz.on

clj': que Dios no se les comn-

n1qne?

¡No deben c

onfesa

r, que sus pecados h an forma–

" do entre el cielo

y

ellos una espesa nube,

y

que Dios se

::

o~ulta

justamente

a

sus ojos?

¡No nos ha buscado Diós

cien veces en nuestros descarrios?

¡No hemos ensorde·

"cido cuando nos ha llamado?

¡Y no h emos siclo insensi·

:: bles

é

.ingratos

~

los atractivos de su bondad?

Pues por

,., eso .quiere que smtamos ahora cuan ciegos

y

miserables

,,

era~os

h.uyenclo de

él.

A sí como anteriormen\e nos pre·

vem~,

quiere al presente que le prevengamos, red uciendo·

::

n~s ~

n1erecer_por

in~es.tra

paciencia, los fa:rorcs que nos

,, pr od igaba,

~uyo

precio 1gn;:>ramos;

y

HUe hab1endonos

e~pe·

rado tanto tiempo, le esperemos cuando lo deseamos N ues·

:: tra .humilde perseverancia le suaüz ari,

y

por esta .especie

. d e 1mportumdad, gbtendrémos lo que no hemos mel"eciQ.D.