,,pide.
Cierr~se
al
advers~ri9
co.mun
la
puert.a del.
co1'az~n,
y
solo esté abierta para Dios. Culpable negligencia es
<lis•
:'.traewps
co,n
pep.sa!l'ientos inutiles
y
profano~,
cuando ro!?a- ·
mo~·>)i9s,
n
o del;neµ<lo pensar en otra
C!l>Sa
smo en
el
Senor
::con quien hablamos. ¡Como oir.á Dios
a
quien le pide, s.i
e~te
·
, µo se pye
á
si misrpo? Esto es no preca.ver!le del enemigo,
y
,:ofeQder
¡\
:O.íos cuando se ora."
San
Cifir-iano
sobre la
Oracion
./)omir¡ii;:a/.
•
,,Si Jos que oran al Señor le daman solamente con Ja
,,voz corporal, sin que esté sq
cora~on
at!lnto
á
Dios,
claro está
,,que pran inútilmente. Pero si oran de corazon, aunque no
,,hal;>kn nada,.su oracion p1,1ec\e ocultarse
a
los
hombres, pero no
,,á Dios. Por lo tanta, siempre que orcmws
a
Di.osaea
v~eal
ó
,,meµ tahnente, debemos clamar de corazon.
Estecorclial cla- .
,,mor supone la .ateneion d.¡! pensa1nient0;
y
t uando se ora de
,,ese modo, espresa tanto su afecto el q,ue desea y pide, que
,,espe1·a confiadamente el efect-0."
San
Agustin Ser.man
~obre
qJ
Salmo
118.
-
.
"T9dos 9ram13s, pero no t9do& en la pr.esencia del
" Señor; porque aünque el c'uerpo esté postrada en tierra,
y
" la boca hable, si el pen·samiento
S<l'
ocupa
y
entretien
e enlos
" negoc;.i-0s doméstic0s
ó
p\Jbljcos; ¿se dirá q\Je quien
o.rade
" esa sµprte, ora en
prese·11~ia
del Señor? Solamente or
a de)an·
" te del Señor, quiqn en )a
or~cion
rec.c;>je su al!lla-, de modo,
" que np pe11sanc\9 en pada terreno 11i huroaIJo, s.e eleva hasta
" el trono' del miJ;mo
Dj,_o~·."
San
J¡¡,a1¡·
C1·i~ostomo.
De Amia
Homilin
2 .
0
" ¿C9mo pográ aqeroJ\rse á
litio~
en l:i c;>rac;io.n,
y
tratar
" con él el negocio de' su salvacion, ºquien tenga su c;orazon
~·
disipado
y
ent!etenido tocJo elrdia c9i:i las frívolas eonver·
" sacioues de l'c;>s mundanos? P a-ra
0
r¡u))ien, conviene tener
" \a mente li111pia
y
libi;e d<l todas las especies terrenas, para
:: q,ue pueda sol;i111.e11te
Q~up¡1rs~
de :Oios. La 111.ejor disposi·
, c1on para or¡ir
~a11tam1mte,_
es la integridad de la vida
y
la
' purez(l de las costt.¡mbi:es!'
Bona i(Jief
Cap.
45.
_
La
atenei?~
á
:Qios
!ma)'\Q<!l
se
ora,
debe ser acotnpa.–
l\ada
~I~
profu11d1s1ma hqmilcJad
á
Ja v·i_st-a.
del
SYpremo S,eñor,
ante
el
"llªl _se
r,rese~ta
el 401Jlbre i:argJ\dQ de mist1rias, implo–
ran~o ~\l
m1Ser.1coi;d1a.
A.sinos lo
en~~ña
Dios, tant'o.
en
eJ
an.t1guo como i;l
,n~.evo
T estame\l!o.
La
t;raeion
fiel
que
se hu–
mzl!q, trqsf?p8ar14
l11f' n1¡.qr8
y ng
1•epqsw Ó¡ /¡asta
q,ue
l(égue:
ni
se
retirara ha.!(ta
que,
el .Ll.ltisi¡n,o, le
mire.
El Ecle.siastjco
e11p.
3$
:ver.s: 21.
F,l 8eñrm
es.cm;lio
la
p~·qaion
efr,
lo~
llumil4es,
y
no
(/cs-
p1·ecz~
sus 1·uegos.
Salmo 101 vers. 18,
'