vich
a
tcntar lo mas
y
asplrar
a
lo sumo;
0
en el cheque Cle las :tivaliclaCTes
YI·
disputas, en la alternativa cle las fociliclacles
y
de los contrastes, coloca al horn-·
hre apasionado en la violenta tentacion-de abusar par medio cle
fo
populari–
dad, de la bipocresia, cle la audacia, de aquella porcion de autoridad que le
ha sido concedida :-coloca al hombre en la viol enta
tentaci.on, repito (si es
licito expresarme asi) de morder cuanto le es posible con diente ansioso, aquella
fatal manzana de Tantalo que tiene siempre
a
la vista,
y
que va siempre de–
"oranclo con la 'afanosa esperanza. ( ")
Mirando las cosas bajo otro punto <le vista, es imposible; par mas que se
} 1
aga, elevar las luces del pueblo mas all:i de cierto niYeL Par mas que se
fa:–
cilite la via de los conocimientos humanos,
y
se mejoren los metodos cle en–
senanza, no puede prescindirse de consagrar mucho tiempo para que las hoin–
hres se instrnyan
y
desarrollen su intelige ncia. La mayor
o
m eno1· faciliclad que
encuentra el pueblo para Yivir sin trabajar, forma pues el limite necesario de
sus progresos i ntelectuales. Este limite esta
coloca.domas lejos en ciertos pai-
11es, menos lejos en ciertos otros; pero para que no existiese, seria menester
que el pueblo no tuviese que ocuparse de los cuidados matcri ales de la Yida: es–
to es, que no fuese mas el pueblo. Es par lo tanto tan dificil de concebir una
socicdad en que todos los hombres scan mui ilustrados, coma un E staclo en que
to<los las ciudadanos scan rico>: estas son dos diucultades conelativas. Admitire
sin repugnancia que la masa de ciudadanos quiere mui sinceramente el Lien del
pais; voi mas lejos, cliciendo que las clases inferiores de la socie<lad me parece
que meiclan, en general , a este dcseo m enos e ombinaciones de interes personal
que las clases elevadas: pero lo que les falta siempre , mas
o
menos , es el arte
de juzgar las medias aunque
~lnceramente
quieran el fin. jCuan largo estudio,
cu.antas nociones di versas se requiet'en p ara formarse una idea e-xacta <lel car:ic–
ter de un solo hombre! Los maJo i·es genies se extravian ,
y
la muche.clumb1·e
acertatia
!
El pueblo no eneuentra jamas ni tiempo ni medics pa1·a entregar–
se a esta tarea. Tiene que juzgar siempre precipitaclamente,
y
adherirse
a
lo
mas prominente de los ohjetos. De aqui proviene que los charlatanes de toda
especie saben tan bien el secrete d e agradarle; mientras qne , lo mas
a
menu–
do , fracasan sus ve1:daderos amigos.
~or
lo demas, no es siempre la capacidad la que falta a la democrucia para
escoger las hombres de m cl"ito-sino la aficion
y
el deseo .
Es precise no disimularse que las instituciones democraticas desenvuelven
en
grl).dO
mui aho el sentimi ento de la en;vidia en el corazon humane. No .es
tantO porque ellas presentan
a
cada uno medias parn igualarse a los pq:os, sipo
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