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-Jt;5·-

Comprentl.o que estos van

a

apresurnrse

a

Hamm·

a.

la

1·eligfon en

·su a ·uda;'

puesto que deben saber q :.ie no puede establecer eel reinado de

la

libertad sin eir

de las costumbres, ni fundar las costumbres sin las creencias ; pero ban divi-

1ado a la religion en las filas de sus adversarios,

y

e>to l es b:ista: Ios unos la

aucan, las otros no se atreven

a

d efend erla. Los siglos pasadoi ban vista

3.1

almas baj<is

y

venales preconiznr la esclavitud, mientras que espiritm inde-·

j>endientes

y

corazones generosos luchaban sin esperanza para sahar la libertad'

humana. P ero 6e encuentra en nuestros dias a h ombres naturnlmcnte nobles

y>

Clrgullosos , cuyas opi1:iones estan en <lirecta oposici on con sus aliciones,

y

quet

nlaban

la

servilidad

y

haj eza qu e jamas h an co noci<lo parn

si

mismos. Hai otros,

por el contrario, que bablan de la lii'e'.· tad coma si p udiesen sentir

Io

que hai·

en ella i!e grand e

y

Santo, r eclamanclo

a

favor d e

la

bumanidncl derecbos que

aiempre han d esconocido.

(( Diviso hombres virtuosos

y

pacificos ,

a

quienes

SUS

purns costumbres ,

SUS

hnbitudes tranquilas, su afl uencia

y

sus luces, naturalmentc colocan al fiente

de las poblaciones que les r o2.ea n. Llenos cl e un amor sincero acia la patr in,

estan prnntos

a

Lacer por ella grandes sacrifi.cins : no obstante ,

la civilizacion

encuent1·a en elloi unos adve;·sarios; con funden s us ab:.isos con sus beneficios,

y

en su oinim0 la id ea Jel mal es ta unic1a indi sol ubl ement e

a

lo nue\O . C er–

ca de

nlli,

veo otros que , en nombre d el p rog r eso, esforzandose en materia–

lizar nl hombre' qui er en

hall a r

lo util sin ocuparse de

lo

jvsto, la cien cin

lejos

rle

las creencias ,

y

el bienesta r sep::iraclo de la vi rtud : esos se han llama–

do campeones de la civilizncion mod erna ,

y

se coloca n insol entem ente

a

su

freute, usurpando un

lugar que les abandonan, pero del que su

ind ignid ad

los rt'pele.

<<

Donde estamos pues? Los h ombres rcligiosos , combaten

D.

Jn li bertad,

)~ 1os

amigos de la li be1·tad atacan

a

las reJigi ones ; espi1 itus nobles y gen erosos.

elogian la esclaYitud,

y

alm<is bajas

y

serviles preconizan la imlepenclencia ; ciu-.

dadanos h onrados

e

ilustrados son enemigos de t odos los prog resos ' mientras

que

hombre~

sin pntriotismo

y

sin coslumbres se liacen ap)stolcs Je la civili–

zacion

y

de las luces

!

"l

e han parecido todos los siglos al nueitro?

l

Ha t enido siempre el hom–

bre bajo su& ojc', como en nuestros dias, un mundo r1onde nada se encade-

11a ,

n que la vi rtud estii. sin ge nio ,

y

el g enio sin hono r; d o nde el amor del

6r-len ie coufunde con Ia aficion

a

l os tiranos,

y

el culto santo d e

In

libertad

ean el

de~precio

de las

l eyes ; clo nde la concienci a no an-oja mas que una cla–

rid nd <ludosa sabre la acciones humanas; donde nada parece ya pruhibi o, ni .

permiti<lo, ni honesto, ni vergonzoso , ni ·verd a<l ero, ni falso?

".; Podre peosar que el Cri ador ha ·a hecho al bom Lre pa ra dejarle ngitars<!

in fin en medio de la

5

mise riaa intelcctuales que nos r odean? Me es impo1i-

14•