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Comprentl.o que estos van
a
apresurnrse
a
Hamm·
a.
la
1·eligfon en
·su a ·uda;'
puesto que deben saber q :.ie no puede establecer eel reinado de
la
libertad sin eir
de las costumbres, ni fundar las costumbres sin las creencias ; pero ban divi-
1ado a la religion en las filas de sus adversarios,
y
e>to l es b:ista: Ios unos la
aucan, las otros no se atreven
a
d efend erla. Los siglos pasadoi ban vista
3.1
almas baj<is
y
venales preconiznr la esclavitud, mientras que espiritm inde-·
j>endientes
y
corazones generosos luchaban sin esperanza para sahar la libertad'
humana. P ero 6e encuentra en nuestros dias a h ombres naturnlmcnte nobles
y>
Clrgullosos , cuyas opi1:iones estan en <lirecta oposici on con sus aliciones,
y
quet
nlaban
la
servilidad
y
haj eza qu e jamas h an co noci<lo parn
si
mismos. Hai otros,
por el contrario, que bablan de la lii'e'.· tad coma si p udiesen sentir
Io
que hai·
en ella i!e grand e
y
Santo, r eclamanclo
a
favor d e
la
bumanidncl derecbos que
aiempre han d esconocido.
(( Diviso hombres virtuosos
y
pacificos ,
a
quienes
SUS
purns costumbres ,
SUS
hnbitudes tranquilas, su afl uencia
y
sus luces, naturalmentc colocan al fiente
de las poblaciones que les r o2.ea n. Llenos cl e un amor sincero acia la patr in,
estan prnntos
a
Lacer por ella grandes sacrifi.cins : no obstante ,
la civilizacion
encuent1·a en elloi unos adve;·sarios; con funden s us ab:.isos con sus beneficios,
y
en su oinim0 la id ea Jel mal es ta unic1a indi sol ubl ement e
a
lo nue\O . C er–
ca de
nlli,
veo otros que , en nombre d el p rog r eso, esforzandose en materia–
lizar nl hombre' qui er en
hall a r
lo util sin ocuparse de
lo
jvsto, la cien cin
lejos
rle
las creencias ,
y
el bienesta r sep::iraclo de la vi rtud : esos se han llama–
do campeones de la civilizncion mod erna ,
y
se coloca n insol entem ente
a
su
freute, usurpando un
lugar que les abandonan, pero del que su
ind ignid ad
los rt'pele.
<<
Donde estamos pues? Los h ombres rcligiosos , combaten
D.
Jn li bertad,
)~ 1os
amigos de la li be1·tad atacan
a
las reJigi ones ; espi1 itus nobles y gen erosos.
elogian la esclaYitud,
y
alm<is bajas
y
serviles preconizan la imlepenclencia ; ciu-.
dadanos h onrados
e
ilustrados son enemigos de t odos los prog resos ' mientras
que
hombre~
sin pntriotismo
y
sin coslumbres se liacen ap)stolcs Je la civili–
zacion
y
de las luces
!
"l
e han parecido todos los siglos al nueitro?
l
Ha t enido siempre el hom–
bre bajo su& ojc', como en nuestros dias, un mundo r1onde nada se encade-
11a ,
n que la vi rtud estii. sin ge nio ,
y
el g enio sin hono r; d o nde el amor del
6r-len ie coufunde con Ia aficion
a
l os tiranos,
y
el culto santo d e
In
libertad
ean el
de~precio
de las
l eyes ; clo nde la concienci a no an-oja mas que una cla–
rid nd <ludosa sabre la acciones humanas; donde nada parece ya pruhibi o, ni .
permiti<lo, ni honesto, ni vergonzoso , ni ·verd a<l ero, ni falso?
".; Podre peosar que el Cri ador ha ·a hecho al bom Lre pa ra dejarle ngitars<!
in fin en medio de la
5
mise riaa intelcctuales que nos r odean? Me es impo1i-
14•