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t'.x:ste en
e1 coraton humano u n sentimimiento desintcres;:ido
y
poc1eroso, 'lne
le liga tenazmente
a
los sitios en que naciera . Parece que e te carifio tiene sus
raices en el apego
a
las costumbres ::intiguas, en la veneracior. acia nuestros
ma–
yores' en los recuerdos de los pasados tiempos. Muches aman
a
SU
pais com·o
a
la
morada materna: gustan de la tranquili clad de cp1e en ella disfrutan, y de
las habitudes pacilicas en ella contraidas ; se enbza n
a
las n1emorias dukes r1ue
les presenta, tanto corno al celo religioso que alli l es foe inspirado eon l a edu:.
cacion. Ent6nces este patrio tismo suele operar prorligios coma los que hizo el
pueblo espafiol durantc la guer ra c1e la indepenc1encia' cua ndo se ati·evi6
a
lu–
char ,
y
humillar al hombre
«Ante quien muda se p ostr6 la tierra. " ('")
Este amor hasta se convi e rte en una especie de culto: se l e ha vista personifi car
en algun modo
a
la patl'ia, co nfunJiendola con el principe, enorgulleciendose
con su triunfos, envaneciendose con su poderio,
y
lo que es p ear, admirando
,sus flaquezas
y
soportanJo co l'l alegre resi g nacion su omnipotencia. Los siglos
XVII
y
XIX
ofrecen entre nosotros rares cs pecticulos . En el uno el Rei era senor
d e vidas
y
hac iendas; en el otro
foe
ide n ti Gcado con la libertad e independen–
cia nacional.
C.
mo
todas l as p:isiones irrefl exivas-ya produjo l ealtad y sum i–
sion-ya impelio
a
p1·actica r g randcs esfue1zo3 pasageros: despucs de h::iber sal...
·vado
a
l a sociedad durante la crisis, desfalleci6 en
cl
seno de una triste in–
dolencia.
~
P ero p or fortuna exis te otro amor-tal vez menos generoso
y
ardi ente-11ero
mas rac ional , d u1·abl e
y
fecundo . E ste n ace d e las luces ; se desanolb con el au–
xil io <le las leyes; crece con
el
egc1:cicio de l os d e1·echos;
y
acaha, en al guna
manera, pol· co nLmJ.irse eu el interes personal. El hombre comp rend e l a influen–
ci;i que t iene el hie n - estar dcl pais sohre el suyo propio ; sabe que la l cy l e pe r–
Tili te contribuir i este Li e n - es tar;
y
se
interesa e n la prosperi cl:id cle su pa is ,
pri~
mera rnen te como en una cosa qne es util,
y
d es pues como en una cosa que es
obra uya.
I ,l ega, sin embargo, algunas veces en la '"icla cle los pueblos un mom.ento,
en que son camb iaclas la h al i t udes antiguas, d
estruiJ.aslas costumb1·es, con–
m ov iclas !::i s creP.ncias , dii. ipaclo el prestigio d e los recuerdos ; y en que al mis–
mo ti empo se h a lla u i-icomple tas las luces,
y
l os d er echos poli t icos mal asegu-
1·ad os
n
1·estring·id os Ento11.:es los h ombres no
<li~· isan
ya la p a tria sino
:l
una
l uz J ebil
e
in ien a · no
la
co locan u1as ni en el !>llelo que a sus ojos se ha con–
~erti do
e n una ti ena in a nimad a; ni en los usos de l os mayores que l es h an en–
sefi ado
a
mirar como ineficaces
y
ester il es · ni en la reli g ioll circundada ya de
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( •)
R ·oj a.