DE PHOCrON.
pública de la avaricia, prodigalidad , pereza,
intemperancia, é injusticia de sus Ciudada–
nos,
y
Magistrados. Convidadlos, mi queri–
do Aristias, si quereis confundirlos,
á
reíle·
xionar los siglos pasados : hacedles observar
que la Grecia
fué
regada de sangre,
y
lágri–
n1as, en tanto que nuestros antecesores, mas
semejantes
á
las bestias silvestres , que
á
Jos
hombres, vivieron baxo el imperio de las
p~
siones : convidad
á
esos grandes Filósofos,
tan enemigos de Ja rázon,
á
que nos enseñei1
por qué no principiao1os
á
ser menos infe–
lices, sino quando las Leyes,
y
Magistra–
dos, siguiendo sus
prin1eros convc:=nios,
y
guardando segu n el mérito los castigos,
y
recompensas , comenzaron
á
reprin1ir
algu–
nas pasiones,
y
á
dar estimacion
á
las vir•
tudes. Seguid los hechos de la Grecia ,
y
vereis 111as ,
ó
111enos
dichosos los Pueblos,
segun que
"la
polírica haya sabido hacer
mas ,
ó
n1enos
honestas
las costun1bres.
..C ien Ciudades nuestras han sido des–
hechas por turbaciones interiores : buscad
la
causa ,
y
vereis que alguna pasion e n–
ardecida por la esperanza del suceso ha
roto
el
debil .fteno que la contenia : con–
tareis siempre nuestras calamidades por el
nlun·ero de nuestros vicios : bien sabemos
los males que han producido las pasiones
de
un Pericles ,
uu
Cleou ,
y
un Alcibia-
des: