DE PHOC!ON.
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tra· razon las fuerzas ,
ó
el
encanto que
poseen nuestras pasiones?
Conoced , le dixo Phocion , la supre·
roa sabiduría,
y
humillaos conínigo en su
presencia, Supu.esto que por todas parres
estamos- acosados con estrechos límites ,
JlO
seamos tan temerarios , que qu·eramos
co1n·
prehender , abrazar ,
y
medir un ser infi·
niro.
i
Quienes somos nosotros para pe/··
que nos dé cuenta de sus designios ,
y
de
su conducta? Lo que vemos de su sabi-,
duría debe dexarnos en una profunda ,
y
aun
respetuosa admiracio11 ' para
lo
que
no alcanza la comprehension nuestra.
s;,
nos descubriera el sistema general del mun1
do ,
i
seria bastante perspicaz ,
y
extensiva
nuestra vista , para reconocer
todas sus
partes ,
y
sus individualidades? No, que1
rido Aristias : si
el
Autor de la aaturale1
za quisiéra· revelarnos todos sus secretos,
no los comprehenderían1os : nos enseña–
da unos Misterios ,
á
los que no podria
alcanzar nuestra razon , hecha solamente
para las verdades de inferior orden.
e:.
Limitemos nuestros conocimientos ,
y
La
potfrica
averiguacioÍ1es:
Las verdades
que nos iin-
~~~~
13
ha~i~~
porta conocer , pródiga Ja Pr
bvidenoia. las
~~d ·~:~~~e~!~
ha puesto en nuestra
1nano '
wa.radecirlo
al imperio
de
así ; pero Jo <lemas está oculto baxo un
la rawn.
velo impenetrable. ¿De qué, pues, nos
que-