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ENTRETENIMIENTOS'
la guerra (
1) ,
confieso que me ha costado
dificultad el comprehender, que puede ha–
cerse sin ocasionar grandes gastos: haced1ne
el favor de disil?arme mis dudas, y cnse–
ú adtne por que n1e engaúo, guando 111e
pa~
rece que es nuestra pob5e-.-;,_Ja que nos pone
en la incapacidad de r':.Ser una flota, y de
pagar un cxército.
Q uerido Aristias , le rcspondi6 Phocion,
estas bellas máximas inventadas por la ava–
ricia ,
y
que por costumbre repiten hoy
nuestros Athenienses, no las hubiérais lci·
do quande nuestros
padre~
vencieron
á
los
Persas en Marathon ,
y
Salamina. Mirando
entonces la templanza , el amor
á
la gloria,
y
al trabajo , el valor ,
y
la disciplina como
el nervio de la guerra , y d e la paz , despre–
ciaban la plata como inutil : eran pobres; y
tt.1vicron una flota nun1erosa para cotubatir
á
Xcrxes , que la construyeron de la made–
ra de ms casas: no pagaban
á
sus solda–
d os, por ser estos Ciudadanos , y t uvie-
ron
(1)
Esto es lo que no se dexab:J repetir en Athcnas despues
cli! L1
Regencia de
Pi:ricles. Thucydides,
Jib.
1.
cap.
9.
le hizo
decir en una harcnga : u
El
dinero emrctiene mejor
l:t
guerra>
u
que los hombres; pues cHus solo son capaces de algunos pe–
nqucños esfuerzos."' Quando est:i mh.;ma de Pericles sea ver–
dadera, es
una
prueba cierta
de
que la República jamas
ha
C'Onocido lo<; buenos principios
de la
Política,
ó
que los ha
abando
nado, y deque
estan viciadas las costumbres. Una
Re–
pública
semej:i.ntc110
debe
hacer la
guerra
mls que
contra
enemigos
tan viciados
como ella ,
si
no quiere correr
á
su
ruina.