DE PHOCION.
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pública , que espiraba , querían atraer
á
ella
todo el oro,
y
la plata (
I)
del universo.
j
Ü
ciegos , que pretenden saciar á costa del
di–
nero sus insaciables p asiones ! Eran ricos
nuestros padres con diez talentos,
y
noso·
tros somós
pobn;~1
dos mil ;
y
dándonos
otro tanto , aun
nos--1~zgarémos
mas pobres,
que lo que lo somos boy. H emos llegado al
punto de confundir el luxó ,
y
el fausto de
los ricos con la prosperidad de la R epúblic
ca. Su fortuna doméstica , que es preciso ma–
nejar, y sus placeres , que no se han de p er-
rur–
(1)
Se me permitirá hacer aqui algunas reflexiones sobre el
comercio, que miran las Naciones modernas como el nervio
del Estado. Si acaso me engaño , deseo que algun hombre
ilus1rado en esta materia se digne hacerme conocer mis erro–
res.
Acaba de decir
Phocion,
hablando del Imperio que habi;:;.n
adquirido los Cartagineses : {( Entre dos Pueblos igualmente
,,viciosos, no me admiro que tenga la superioridad el que
npueda comprar m:is soldados." Yo tambien diré, que no es–
toy admirado que entre los Pueblos de la Europa , que hayan
igualmt:nte
ab:mdonado
!os buenos principios de Ja Polític:i,
el comercio, que produce el dinero , ponga en estado de te–
ner,
y
entretener los
eicércit0s
mas numerosos. Pero pregun–
taré,¿ si estos soldados, que no son mas que mercenarios , sa–
C:ldns del momon del Pueblo,
6
traidos por fuerza ele otras
posesiun<is, seran capaces de tener el valo,r,
y
disciplina de
los anriguos
f
Serh preciso un milagro, para que estos asala–
riados sufriesen los trabajos,
y
daños de la guerra con la mis–
ma paciencia ,
y
valor que los Ciudadanos de Grecia,
y
Ro–
ma ,
que naci:rn soldados ,
y
peleaban por defender sus casas.
Tambien se ha de observar en segundo Jugar , que un Rstado,
que
tiene
estos soldados asalariados , debe estar rico: de
lo
que
infiero, que no puede tener nna buena disciplina militar;
porque no se puede ser rico sin tener
las
costnmbres que dan
las riquezas,
y
estas son diametrnlmenre opuesrns
:í
las que
pide 13. gucna : bien sé que el luxó no ablanda á los soldados
subalternos, pero sí
á
los Xefes ,
y
relaxa con precision
el vi.
K
gor.