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ENTRETENIMIENTOS
quezas, ociosidad ,
y
placeres, de que son
tan amantes. Cada dia se aumenta nuestra
baxeza con la corrupcion nuestra. O sere·
mos al fin vencidos por nuestros enemigos,
ó
nos destrnirémos con nuestras propias ma–
nos. No es menester en'¿ilnecerse de que
reyne 1nucho
tie1npo
un cierto convenio
entre los ricos de no contribuir mas que con
el enfado de los gastos de la guerra ; y entre
los pobres , que haciéndola, la sienten
á
cos·
ta de su sangre. Secretamente se desprecian;
y
luego que la discordia se descubra entre
ellos, será irreconciliable su aborrecimiento.
Si estos triunfan , oprimirán su patria, y la
darán un tirano , para adquirirse un protec–
tor, que les enriquezca ,
y
vengue. Si los
otros por una casualidad dificil de preveer,
adquier.enel
Imperio sin dividirse, reyna·
rán temblando; y-para librarse de un temor
in1portuno, no querrán tener mas que una
mercenaria milicia, siempre respetable
á
Jos
Ciudadanos ociosos, y con todo incapaz de
servir de apoyo
á
la R epública contra los
enemigos valientes,
y
disciplinados (
1),
Se
(1)
Aunque Athenas no experimentó uno, ni otro inconve–
niente , que Phocicm rczelab:i, no esrn..ha mJ.I
~undado
su te–
mor. N o se escap1ron cte él los Athemenses , smo porque ca–
yeron ba:<o el poder de Filipo,
i
quien imprudentcmence de–
clararon la guerra. Escierto, que
cst3S
controversias son p:l–
recidas
á
aquellas de que habl:l
Phodon ,
entre los Ciudada–
nos ricos,
y
pobres, que siempre contribuyen
i
arruinar la
Iibc:nad en las Repúblicas , 6 las suje1an
i
sus enemigos. Todo
Es-