DE .PHOCION.
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Mi querJdo A ristias, prosiguió Phocion,
h e procurado traer
á
principios fixos,
y
,ciertos esta ciencia, que se llama Polírica,
de Ja que nos hon dado los Sofisticos una
.idea bien falsa: la miraron como esclavo, ó
como instrumento de nuestras pasiones ;
y
,de esto se
sigue~
in<:ertidumbre,
é
instabi–
lidad de sus máximas ,
y
sus errores,
y
las
'"Sediciones, que son su fruto. En quanto
á
m(
toca , hago de la Política
el
ministro de
Jllle.stra razon ,
y
veo resultar de esto
Ja fe–
licidad de las Sociedades.
Nada tendria que afiadir
á
los principios
generales, que os he explicado, si todos los
hon1bres fueran capaces de conocer ,
y
a1nar
Ja verdad; pero esta es una esperanza,
á
que
seria insensibilidad entregarse. Por qual–
quiera parte que se extienda la vista, no se
vé , ni se ver
.i
perpetuamente otra cosa, que
errores ,
y
vicios. No es esta la felicidad ,
á
b
que nos ha destinado
la
naturaleza , y que
quieren conocer los hombres:
y
ellos desea–
rian , que se les enseñase
á
ser felices segun
sus gustos,
y
preocupaciones. Supuesto que
J,1
razon dcsJc el principio del mundo re–
c!Jnla inutil mente sus derechos contra las
pasiones,
esperemos~
Aristias, que no será
mas dichosa en lo venidero,
y
que
el
zelo,
el
odio,
y
b
ambieion, que<han perdido
tantos Pueblos, R epúblicas,
é
Imperios,
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excr-