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La primera parte presenta el sumario de la
ciencia que se poseía en su época. La segunda
señala el método que debe guiar al pensamien–
·to e n su camino. La tercera abraza los.fenó–
menos del universo, las experiencias de toda
espeCie;en una palabra, una historia natural que
·puede servir
d~
base á la filbsofía. La cuarta
·escoge, entre los elatos de la naturaleza, los
objetos más dignos de atención
y
aquéllos que
·difi e ren más entre sí, para que sirvan de ejern–
·plos típicos, de modelos propiamente dichos,
que muestren todo el procedimiento, la mar–
cha continua, el órden que el espíritu debe se–
g uir; trabajo que no representa sino la aplica–
ción particular
y
desarrollada de la segunda
parte. La quinta se compondrá ele las verda–
des inventadas, verificadas ó añadidas por el
filósofo, pero, no según sus preceptos
y
méto–
do de interpretación, sino según la marcha se–
guida por sus
predecesores~
Esta parte es un
prodromos provisorio, una anticipación de la
sexta, á la que todas las demás se hallan su–
bordinadas ; y que descubre esa filosofía que el
método puro
y
legítimo de la investigación pre–
para, produce
y
constituye. Esta última solo
se propone - comenzarla, «porque corresponde
á
la fortuna del género humano alcanzar su fin ;
-fin que quizá será tal que en el estado ·presen–
te de las cosas
y
de los espíritus, los hombres
podrían apenas abrazarlo
y
medirlo por su pen–
samiento ;porque no·se trata aquí de una simple
felicidad contemplativa, sirio de la cuestión del
género humano, de su fortuna, de todo ese po–
der qu e él puede adquirir por la- ciencia
a~tiva.