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estatuá incensada
y
adorad a,
p~ ro
inmóvi l. S i
alguna vez ella
~e
anima icon s u primer autor,
no hace
eq
seguida sino deg_e ne ra r ; porqn e lue–
go que los hombres se ha n .coaligado para suje–
tarse
á
la opinión de uno. solo, e ll os no agre–
gan nada mas al cuerpo mi smo .de las ci e ncias;
sino que,
á .
semejanza de lo s esclavos, se po–
nen detrás
el ~
ciertos a utores para se rvirles de
séquito
y
decor.ación .
Triste la idea qu e debe formarse
de
la cien–
cia de s u é pc,ca. Nada más tardío ni más lán–
gu ido qu e sus-progresos . Ti e ne n és tos un aire
r\e gordura en conjunto; pero que envuelve
la debilidad tota l d e s us partes: la filosofi a no
es sino un fárrago de máx imas vulgares, sos–
pecho~as
para sus mi smo· a uto res. Es preci o
rege nerar compl e tame nte la ciencia decr ·pi ta
y
vacía. lhcón se propone trazar la ruta toda
e ntera: d e!->dt". las prime ra s percepciones de los
sentidos hast<i los prin cipi os; por lo que señala
su ernp::es·a con e l nomb re · de la
Gran rerlau–
ración de las úenrias.
Di vide su obra en eis
partes: I Revista
y
repartici ón de las ciencia. .
de su dignidad
y
de s u acrecentamiento. II
Nuevo Or crano
ó mé to lo para la interpretación
de la natural eza. III Fenómeno. del un iver o
é hi . toria narural
y
experimental propi para
servir de base
á
la . filosofia. IV E . cala del en–
tendimi e nto. \ Ci e nci a prO\ i oria, prodromo
ó anticipacione
ele
la filo . of1.1
egund~. \~I
Ciencia definiti\•a
ó
filo ·ofia . e•runda c1enc1a
activa,
qu~
e compon e de
n~rdade
descubier–
tas por el
olo
erdadero mé todo,
y
que debe
dirigir al hombre e n la a r.ión.