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do conocida en ninguna otra parte antes que él.
Para robustecer más la opinión de que Guttem–
berg ha sido el que emprendió la impr(·sión del
referido
CATHOLICON,
basta citar lo que á este respecto dice el cronista
Felipe de Lignamine, contemporáneo suyo: "Des·
pojado Guttemberg de sus derechos de inventor,
lejos de desesperarse por las decepciones que ve–
nía sufriendo, recobró mayor energía
y
confianza
en el porvenir. Poco tiempo después formó una
nueva asociación (sin decir con quién) que le per–
mitió _montar un nuevo taller,
y
en
1460
publicó
el
CATHOLICON,
especie de enciclopedia del si·
glo
XIII,
que merece ponerse en parangón con las
ediciones que Fust
y
Schreffer hacían en ese mis·
mo tiempo."
El mismo Lignamine, en su referida
Crónz'ca
di–
ce también que en el afio
1462,
Guttemberg impri–
mió en esa misma ciudad, una
MEMORIA JUSTIFICATIVA DEL ARZOBISPO
DE MAGUNCIA.
Lamentables son las aseveraciones contradicto–
rias de los antiguos escritores respecto á este pun–
to, porqqe desorientan al bibliógrafo que trata de
escudrif'íar los hechos verdaderos; pero debem0s
creer,que tanto Felipe de Lignamine, cuanto los de–
más autores que se han ocupado de este hecho,
están en la verdad de sus asertos sobre el particu–
lar, pues el primero lo afirma de un modo positivo
en su
Cróm'ca
impresa en Roma en
1474,
y
los de–
más lo testifican en sus respectivas obras. En jus·
ticia , creemos que la edición del referido
CATH OL ICON
sea obra de Guttcmberg, el que la imprimió en
Maguncia en el indicado ano de
1460,