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nueva contrariedad ocasionada por una senorita
noble de Estrasburgo, Ana de la Puerta de Hie–
rro, que le reclamó la realización de una promesa
de casamiento; y
á
pesar de que este enlace, se·
gún parece, no fuese de su entero agrado, tuvo
empero que acceder á ello, consiguiendo la referi–
Ja senorita el ver realizado su objeto.
Al poco tiempo de haber tomado Guttemberg
su nu evo estado, y sin desmayar en la posibilidad
de poder realizar al fín sus proyectos, se asoció con
o tro vecino de Estrasburf{o llamado Santiago
Mentel ó Mentelin
(I),
trabJando ambos socios en
la mayor armonía con incansable ahinco, sin ob·
tener tampoco ningún resultado satisfactorio.
.Indudable es, que Guttemberg en aquella épo–
ca , hub.ies.e ya puesto en práctica los direrentc.s
procedimientos que de la xilografía han conducJ·
do á la Imprenta,
y
es lo cierto que con los so–
cios citados, principalmente con el último,
trab~
JÓ
algún tiempo en perfeccionarlos.
Po r fía , arruinado
Guttember~,
trató de regre–
sar
á
l\laguncia para reconstitUlr allí su gloria,
llegando á esa ciudad en
1444,
lo que se comprue–
ba por una acta que consigna su presencia allí en
1448 .
D os anos des p ués se asoció con un rico pla–
t e ro llamado Juan Fust, hombre muy ingenioso
y
hábil , que le prestó el dinero necesario para con-
. tinuar sus ensayos. Siempre con la esperanza de
dar cima á sus proyectos, se estableciÓ entu&ias–
ma d o nue,•amente, en unas es paci osas habitacio·
nes del pat io de la casa llamada
Zum
Jungm ,
que
d spués se denominó
Casa de la Imprmta,
la que se
hallaba Sttuaci a cerca del antiguo e n vento de San
Francisco, y en la que se vé aún el escudo de la fa–
milia de G uttemberg.
(1)
entel nad6 en Scbelestadt hacia
1419,
y
como ha el o
IIOCÍO
de Gotumberg
1
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