d~
los hombrrs ·ilustres
por San Jerónimo, y las
Obras
de Tomds,
ediciones hechas, se dice, con caracte–
res de madera.
Para todo lo referido, los holandeses se ap0y;m
en
do~
testigos contemporáneos de Coster: Cor–
nelis, criado de éste,
y
el clérigo Ulric Zell, que
después fué el pl'itner impresor que hubo en Co–
lopl~.
Corndis asegura que el descubrimiento
del arte de la Imprenta se debe á Lorenzo Cos–
ter,
y
que después de la muerte de éste, un ope–
rado infiel llamado Juan robó las letras movi–
bles
y
demás utensilios de la Imprenta, cuyo ro–
bo fué cometido el día de Noche Buena 6 sea la
vtspera de la Natividad <iel Sefior, aprovechan–
do de la circunstancia de que todos los de la casa
estaban en la iglesia asistiendo
li
la misá de daée
de la noche, y supone que
e}
ladrón· fug6 con to–
dos
los objetos robados á Amsterdam, después á
Colonia, y últimamente á Maguncia. Adñano·
Jn~
nius, en su misma obra citada, apoya la asevera–
ción de Corneli's, agregando que
el
rohq com'eti·
do por el tal Juan tuvo lugar e·U
25
de Dicienfóte
de
1440,
y que aJl IJ.egar éste á M-ag;u ncia el a-ft'o
siguiente, imprimió allí•el
Alexcmdri Gal!i Dottri–
nale,
otra gr-amática que entonces estaba tambi8n
en voga, y después el
Petri Ht'spam· Tractatus,
apareciendo á luz ambas obra'S en
1442:
El'
cléri–
go Ulric Zell
afirma
igualmente en su lil>ro- titu–
lado
Ag-ustintts de Vita clirútiana-et de sing-ufarita–
te cltricum,
puQlicado en Colonia
q11e
positi·
vamente fué en Holánda donde se· inventó la Im–
prenta.
Gran parte de lo que acabamos de manifestar
sobr~
lns primeros ensayos de la Imprenta, rela–
tivo
á
Lorenzo Coster, muchos autores lo atribu·
yen á Juan Guttemberg; y si los holandeses se
apoyan, al efecto, en varioS¡ testigps
contem~orá·
neos
de
Coster, los alemanesrpresenta-n . documen–
tos
por loa
oual~
pret
nden-
probaf"l que
á
Gut-
•