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cetros 6 armas que, pintados de plata, se destaca–
h. n
bre
l dorad
d e l fondo, y
t cio el con ·
j
nl
staba
ejecu~ado
co n
tAl
arte
y
elega~ci , que hacía subir estos naipes
á
un pr cJo
tan
elevad , que sol
los ricos podian propor–
ci nárselos.
e pué de los naipes aparecieron en Europa
e
tamp .,
6
imágeoe de santos grabadas, que te·
oían
á
la cabeza 6 al pié de la plancha y algunas
v ces á Jos
lados, alguna
leyenda explicativa
cu •as letra estaban grabadas en relieve del
mis–
m
modo que las imágenes. Aunque estas es–
tampas t en\an una apariencia grotesca, n
P,flr
e o
n men s dignas de llamar nuestra atcnr.tón,
u
e
su aparición se debe á los grabadores.
N
o se
sabe quienes fueron los artistas que se esforzaron
en popularizar estas estampas 6 imágenes de san–
tos, pero es lo cierto que se estendieron ..·ntonces
entre la cla e media
v
el pueblo, porque represen–
tab
o
la baratura o frecida pnr primera vez bajo
una
f
Jrma primitiva para los objetos que hablan
á la imaginación.
Luego, siguieron coleccionando estas imágenes
de santos, reuniéndolas en cuadernos, teniendo
da una u r espectiva inscri pci6n grabada.
Es
las
cn~eccione~
c.onstituyen, propiamente dicho,
lo pnmeros hbntos que ha producido la Impren·
ta
y
caracterizan, por cons iguiente, e\ origen de
este arte.
.
i hemos.
d.e
atene rnos
á
la cronología estable–
Cida p(
r
SeJZms, parece que los libritos más anti–
gu.., que íueron grabadoc;, esculr>irlos
é
impresos
en
E
u
r?pa, ?atan del an
143
r.
Pero faltaba aún
c-)nceblr
1·
tdea
de
grabar páginas enteras d
fe·
tra ,
lo . que en efectt se llevó poco
de~pué
á
la prácttc ; y las cortas edicioneR que se hicieron
or el prot.:edim iento de estas planchas s61irlas
grabadas en madera, se llamaron
edtdones xilog1'd·
fi~as
6
la!Jtlarins.