GLORIA
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bis que recorrieron las bóvedas cantando con
atronadores bramidos, y dieron vuelta
á,
toda
la iglesia, rozando los bancos, difundiendo el
polvo de los altares, ogitando Jos huecos ves';'
tidos de las imágenes. Derribaron una lámpa–
ra, que rompió, al caer, 1ft
ul~na
6
sepulcro de
1,
cristal en que estaba el Sefior difunto. Azota–
,~
ron con un ramo de flores de trapo el rostro
de San José, y le arrancaron la espada de la
mano
á
San Miguel,
arroján~oIa
de,ntro de un
confesonario. Dieron vueltas alrededor del ór-
gano, haciendo murmurar
á
los tubos, ,Yvol-
I
vieron las hojas del libro de coro, como si fe-
bril mano de un lector invisible las
repasar~.
"
Besaron la {rente de Gloria, Y escaparon des-
pués por las p'uertas, cerrándolas con tal vio-
~encja,
que éstas perdieron la mitad de sus po-
dridas tablas.
"
La set10rita de Lantigua tuvo miedo; vió la
iglesia casi á obscuras Ysin alma vivÍ'ente. Al
salir de ,
su
capilla, creyó
8enti~
pasos,.. corrió, - ,
y alguien corría tras ella. Indudablemente oía
pisadas y una voz diciendo: cEspera: soy yo,
soy yo que he llegado.» .
Su tel'ror aumentó, Y con su terror el afán
de huir. Pasaba de una capilla
á
otra.•• Casi
estuvo
á
punto de pedir auxilio. Creyó ver los
altares corriendo 'también,
y
oir
á
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santos