94
B. PEREZ GALDÓS
gritar: clsocorro"l •.• :. Detúvose al
fin;
trató de
serenarse, mirando hacia atrás
y
á
todos lados
con observación atrevida que disipase las ab–
surdas
'aprensiones~
Pero no pudo
tranquili~ar
se por com'pleto, y
~u
Corazón se contraJo' re·
cogiéndose, como la sensitiva cuando la tocan'.
.
I
Crefase tocada por una mano invisible.
e
¡Qué
nerviosa estoy1:. dijo tratando de
sa–
cudir el miedo.
I
De pronto sintió una alegre voz dé m·ucha-
cho. Por la sacristía apareció
corrien~o
uno
~e
los hijos del 'sacristán.
cSildo, Sildo-gritó Gloria, -ven acá.
-¡Ahl ... la sefíorita
Gloriti,~dijo
el mucha- .
chacho acudiendo
á
ella.
- Ven acá: dame la mane . '
-Voy
á
cerrar las puertas; se ha metido un
aire que... ya,
Yª~
¿Quiere usted salir?
-No: parece que llueve mucho. Esperaré.»
Poco después, Sildo la guiaba
á
la.
sacristía~
'-